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Juan Ingaramo y una noche soñada en Posadas

Con una versión íntima de sus canciones, solo con su piano y el calor del público, el cordobés demostró por qué es uno de los cantautores más destacados de la actualidad. Anécdotas, covers y un Audiotorio Montoya que se transformó en el living de su casa.

Por Juan Báez Nudelman

No es la primera vez que Juan Ingaramo pega la vuelta por nuestra Tierra sin Mal, pero la diferencia es que los años que pasaron, quizá a causa de la pandemia y sus limitaciones, han hecho que su carrera crezca a pasos agigantados.

Es que el cordobés declaró su posición personal con respecto a la música desde su primer álbum, Pop Nacional, y desde entonces ha recorrido muchos escenarios y ambientes diversos con una búsqueda muy particular. En esa exploración entran los sonidos del indie, el pop de Chiquititas y Floricienta, las baladas más icónicas de Luis Miguel, como también aparecen el trap, la música urbana, el reggaeton, la cumbia y por supuesto, su amor por el cuarteto.

Juan es baterista, compositor, productor y hasta se dió el lujo de actuar en la segunda temporada de El Reino y ser nominado. Su alma inquieta lo ha llevado a compartir su trabajo con grandes figuras de la música popular como Los Ángeles Azules, Julieta Venegas, Natalia Oreiro, Miranda y la lista continúa. Es pareja de Violeta Urtizberea y padre de Lila, viene de una familia de músicos cordobeses que supieron tocar con Litto Nebbia en su proyecto Los Músicos del Centro y heredó la misma pasión.

Pero volviendo a la noche especial de Posadas, el artista propuso un set de “canciones desnudas”, versiones en las que el piano y la voz se despojan de arreglos, bases y otros instrumentos para brindarse en su expresión más sintética. El valor agregado fue la voz del público, que envolvió el ambiente en un silencio calmo, relajado, como para prender velitas y tener una cena romántica allí mismo. Ingaramo se mostró relajado, contó historias sobre cómo conoció a los chicos de Miranda, o cómo fue su primer encuentro con Adrián Dargelos, el líder de Babasónicos.

“¿Ustedes están apurados, tienen que ir a algún lado después?” bromeó antes de empezar, anticipando que se iba a tratar de una noche única. El repertorio recorrió todos sus discos, trayendo diferentes ritmos a la escena como su primera bachata, Romeo y Violeta, o los tintes brasileños de Matemática. Tampoco faltaron los covers, con un hermoso homenaje a Rodrigo que incluyó “Por lo que yo te quiero” y “Fuego y Pasión”.

¿La frutilla del postre? Tocó por primera vez en vivo, su último lanzamiento “Ya borré tu número del celular” que había salido apenas el miércoles pasado. Al músico se lo vio notablemente emocionado por el coro de quienes, con apenas unas horas de haber salido el tema, ya estaban cantando el estribillo de memoria. “Esta noche no me la voy a olvidar más” dijo al final de la canción. 

Juan Ingaramo es un artista que se convida con mucha humildad a su público, lo destaca un humor que junto a su tonada trae calidez, la música es un vehículo para llegar a los demás y se nota, porque los interpela directamente. Sus canciones recorren historias propias pero también se nutren de la ficción, del juego y la exploración que siempre le vienen tan bien a los procesos creativos. Las letras de sus canciones hablan de distintos momentos que atravesó a lo largo de su vida. Una vez terminada la función, salió a saludar a los que se quedaron esperando una foto y nos contó sus sensaciones: “La música es como una especie de lenguaje universal y con vida propia, no lo podés controlar mucho, es mejor que no intervenga tanto la razón. Mejor que suceda y bueno, lo que sucedió hoy fue hermoso, estoy feliz de la vida y por eso está más que justificado.