Muchos cambios se han dado en la industria de las redes sociales, con los despidos de Facebook y un gigante como Amazon analizando tomar un rumbo similar. Sin embargo, el protagonista de los escándalos en el rubro ha sido sin dudas Elon Musk, que tras adquirir Twitter con una inmensa cantidad de dificultades y polémicas de por medio, hoy se encuentra en una situación crítica a raíz, no sólo de los despidos, sino también de las nuevas políticas que pretende establecer.
Cientos de empleados anunciaron su renuncia a Twitter en respuesta al ultimátum de Elon Musk de que se comprometan a “trabajar duro» para construir Twitter 2.0 o se vayan. En varios sitios donde siguen el caso, se hicieron eco de un comunicado de la empresa en el que informa que los edificios de oficinas del gigante de las redes sociales están «cerrados temporalmente» y el acceso a la credencial de empleados «está suspendido».
Rápidamente, la novedad comenzó a circular por redes sociales, donde dominó el caos ante un posible cierre definitivo de la compañía. La noticia se hizo viral y #RIPTwitter se convirtió en un hashtag de tendencia mundial. La decisión del cierre temporal de las oficinas responde al temor de Elon Musk y su equipo respecto a un posible sabotaje contra la empresa. En paralelo, el medio The Verge informó que el éxodo de empleados podría ser catastrófico para la compañía, ya que no podrían hacer frente a las tareas básicas con el personal restante.
Según informó dicho medio, los empleados que aún continúan en la empresa y aquellos que informaron que no continuarán manifestaron que es posible que la empresa comienza a «colapsar» debido a la partida de ingenieros históricos.
«Parece que todas las personas que hicieron que este lugar fuera increíble se están yendo», dijo el miembro del personal de Twitter. «Será extremadamente difícil para Twitter recuperarse de aquí, sin importar cuán duros intenten ser las personas que quedan», agregó.
Hasta el momento, el equipo del magnate está tratando de averiguar cuántos trabajadores de Twitter necesitan para cortar el acceso. Aquellos empleados que decidieran no continuar en el proyecto Twitter 2.0 debían anunciarlo antes de este jueves y en consecuencia recibirían una indemnización de tres salarios.
Algunos de los empleados que decidieron no continuar cuestionaron las presiones del empresario más rico del mundo. «No quería trabajar para alguien que nos amenazó por correo electrónico varias veces diciendo que ‘solo los tuiteros excepcionales deberían trabajar aquí’ cuando ya trabajaba entre 60 y 70 horas semanales», dijeron a la BBC.