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Es misionera, vive en París y vio pasar la antorcha frente a su casa

Irina Bonczok vive desde 2018 en Francia, donde conoció al amor de su vida y hoy viven en París, donde viven en primera persona la locura por los Juegos Olímpicos.

Este viernes se espera la gran inauguración de los Juegos Olímpicos de París, que comenzó de todos modos con muchas polémicas para los deportistas argentinos. La intensidad con la que se vive en Francia este evento es tal, que todos hablan de eso en las redes sociales. Sin embargo, una misionera vive en carne propia y con lujo de detalles, el frenesí olímpico. Se trata de Irina Bonczok, una abogada que vive hace dos años en la ciudad de la luz. Su arribo a Francia data del 2018, momento en el que terminó su carrera y quiso emprender un viaje para conocer el viejo continente.

Allí, más precisamente en Lyon, conoció al amor de su vida Loic, que según contó, fue “su tercer cita de Tinder”. Hoy, ya casados y con muchos viajes y aventuras juntos, disfrutan del verano con la llegada del mayor evento deportivo. “Hace rato viene sintiéndose, hace meses están todos escandalizados porque desalojaron albergues de estudiantes para alojar a los atletas”, contó sobre las polémicas de la organización, que empiezan a sumarse en la previa.

Como la ciudad está dividida por el río Sena, la movilidad también se complicó en estos días para los ciudadanos parisinos. “Como la apertura se hace sobre el Sena, comenzaron a poner vallas por todos lados y hace dos semanas que hace falta tener un código QR, aprobado por prefectura, para poder moverte en esa zona”, reveló. Incluso, hay paradas de subte que quedaron completamente cerradas.

Al tratarse de una revolución total en la rutina de muchas personas, para ella todo se vivía con mucho escepticismo. “A distancia, me parecía emocionante que pase en la ciudad”, contó. Aún así, la dificultad para acceder a las entradas y los precios elevados que pedían por algunas disciplinas, terminó por aguar un poco el entusiasmo.

Sin embargo, todo cambió cuando, tras una semana de pasear la antorcha olímpica por la ciudad, tuvo el lujo de que pase frente a su casa. “Me re emocioné, caí en la cuenta de que es una fiesta popular, una conexión con una tradición viejísima y que de repente esté acá, hasta por cultura general, me dió ganas de ser parte”, admitió. Y agregó: “llegamos tarde, pero llegamos a la fiesta”.

Finalmente, la pregunta del millón es si consiguieron entradas para alguna de las competencias. Y la respuesta, por suerte, es afirmativa ya que su esposo consiguió tickets para una competencia de remo. “Veremos cómo se vive la fiesta, pero desde ya que es más difícil ser parte, es distinto de lo que imaginamos cuando lo vemos por la tele”, señaló. Y si bien quedan entradas todavía, las cifras superan los 900 euros por lo que es un evento muy exclusivo.