LA CEREZA DE LA TORTA DE LA IGNOMINIA

Cómo es posible que teniendo alimentos y energía nos encontremos en una situación tan lamentable, con una pobreza “oficial” que a fines del año pasado ya alcanzaba al 37,3 % de la población y una inflación del 64 % anual a junio pasado. La grieta y el concierto de una cultura amoral negadora de la responsabilidad individual. ¿Qué nos sucede?

Por Fernando Oz

IGNOMINIA. Esa es la palabra y salta cuando pisamos cualquier baldosa floja que hay en este país. Pongamos sobre la mesa datos concretos.

Alimento. Argentina es el primer exportador mundial de harina y aceite de soja, el segundo de maíz, el tercero de porotos de soja y el quinto de harina de trigo, aceite de girasol y carne bovina.

En consecuencia, es lógico que la actividad agropecuaria y las cadenas industriales asociadas sigan teniendo un fuerte peso en la economía. Según datos de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina, las cadenas agroindustriales generan el 70 % de los ingresos por exportaciones del país (54.895 millones de dólares en 2021) y emplean a 3,7 millones de personas, es decir el 24 % del empleo privado del país.

Energía. Vaca Muerta es la segunda mayor reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo de este tipo. Ocupa 30.000 kilómetros cuadrados en el suroeste del país, con epicentro en la provincia de Neuquén. 

Argentina logró el mes pasado un récord de producción de gas no convencional. Según datos de la Secretaría de Energía de la Nación, en junio se produjeron 139 millones de metros cúbicos de gas por día, con un alza interanual del 10 %. 

Por otra parte, Argentina produjo en junio 583.000 barriles de petróleo aproximados por día, con un alza interanual del 14 % y manteniéndose en los niveles de producción más altos de los últimos 11 años, según datos de la Secretaría de Energía. De esa producción total, 239.000 correspondieron a petróleo no convencional, un 51 % más que en junio de 2021.

Pero no sólo tenemos alimentos y energía, también tenemos una de las reservas de litio más importantes del mundo, entre otros recursos. Sin embargo, el país atraviesa una crisis económica y financiera, con una inflación del 64 % anual a junio pasado, una pobreza que ya era de 37,3 % de la población y una indigencia del 8,2 % a fines del año pasado.

El ingreso promedio de un asalariado apenas cubre el 70% de una canasta alimentaria para la subsistencia de una familia tipo durante un mes. Es información oficial del INDEC, con datos referidos al primer trimestre del año.

Durante mayo, una familia tipo necesitó reunir ingresos por casi 100.000 pesos para no caer en la pobreza. Sí, los datos también son oficiales. Ese es el cálculo del INDEC para el valor de la Canasta Básica Total (CBT), que incluye alimentos y servicios básicos para la subsistencia del grupo familiar en un mes. Y para no caer en la indigencia hacen falta 44.498,60 pesos. Este es el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que está compuesta sólo por comida para satisfacer las necesidades mínimas en un mes.

Desde la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, la crisis socioeconómica no dejó de deteriorarse. Con Mauricio Macri pasamos a estar endeudados y las cosas se complicaron. Con Alberto Fernández el agua nos llegó al cuello.

Durante la última década, es decir durante las gestiones de Fernández de Kirchner, Macri y Fernández, cuatro de cada diez personas evitaron el umbral de la pobreza, según datos del Observatorio de la Deuda Social Argentina. Las últimas mediciones del Observatorio reflejan un índice de pobreza del 43,8% (unos 18 millones de personas) y que una de cada diez personas “experimenta hambre de manera cotidiana”.

Pongamos el caso de Vaca Muerte como ejemplo de nuestra inoperancia. Pese al récord de producción de gas no convencional, Argentina afronta problemas porque ya llegó al límite de su capacidad de transporte y recién ha puesto en marcha el proceso de licitación para construir un nuevo gasoducto y extender la red ya existente.

Mientras tanto, y a pesar de contar con abundantes reservas de gas, el país se ve obligado a mantener las importaciones de gas natural desde Bolivia y de gas natural licuado desde otros orígenes, a costa de un fuerte impacto fiscal por los disparados precios de la energía a nivel global. Primer ejemplo de la ignominia.

Hace falta agregar más elementos para sostener la ignominia que hay en la Argentina. Cómo es posible que teniendo alimentos y energía suficientes para exportar a un mundo que los necesita, nos encontremos en una situación tan lamentable. ¿Qué nos sucede?

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Mientras tanto, seguimos pintando el país de blanco y negro. Ni la plétora de actores ocasionales que produce la polaridad nos permite ver otra alternativa, lo que nos arrastra a una suerte de desesperanza, un estado en el que se tiende a eliminar la noción de la responsabilidad individual frente a la colectiva. No se hacen cargo de nada y han llegado al punto de tomar hasta elementos fantasiosos para justificar su permanencia en alguna de las trincheras de la grieta.

Miren lo que ocurrió en la delegación de la ANSES en Posadas. Un segundo y excelente ejemplo de la ignominia en la que nos mantienen sometidos las dos fuerzas que comparten la hegemonía de la política nacional.

Resulta que el gremialista K, Ricardo Costa Arguibel, denunció que el dirigente del PRO, Marcelo Julien, no se presenta a trabajar en la ANSES desde hace mucho tiempo y que tiene un sueldo equivalente a lo que necesitan más de tres familias tipo para no caer en la pobreza.

Julien, un contador que tiene una empresa que se dedica a cortar césped, fue titular de la ANSES en Posadas durante el gobierno de Macri y, por esos milagros de la Argentina en decadencia, logró quedarse conchabado en ese organismo del Estado con la llegada de Alberto Fernández. Vaya a saber cómo hizo el hombre.

Nadie sabe decir qué función cumplió desde que la administración K se hizo cargo de la delegación, lo que sí se sabe con certeza es que, en agosto de 2020, aburrido de la vida en la ANSES, Julien se fue de licencia para ocupar la banca que dejaba en el Concejo Deliberante de Posadas el desilusionado Diego Barrios.

En diciembre de 2021, Julien se quedó sin mandato como concejal y se presentó en el organismo nacional para que le asignaran alguna función. Al parecer, el dirigente del PRO no quiso esperar la respuesta demasiado tiempo en una silla y se fue para su casa a esperar que todos los meses le depositaran el sueldo en su cuenta bancaria.

Siete meses después, el camporista que dirige el gremio de los trabajadores de la ANSES se despertó de la siesta y denunció el hecho. “Desde diciembre de 2019 no sabemos nada de él. Hoy nos enteramos de que no sólo ‘pertenece al organismo’, sino que sigue cobrando un sueldo como exjefe que puede rondar entre los $350.000, donde él no viene a trabajar”, dijo Costa Arguibel al sitio LVM. No, no es joda, eso dijo.

Sin fatigarse ni entrar en pánico, Julien aclaró su situación desde su celular a través de Twitter. Dijo que cuando Macri se fue, él se quedó en la planta permanente del organismo, donde cumple el horario y reglamento a rajatabla. Y en el único lapsus que no pudo brindar su asesoramiento fue cuando estaba de licencia calentando una banca en el Concejo. Esto tampoco es joda.

¿Qué se dijo oficialmente desde la ANSES?

Nada, no se dijo nada. Hay que esperar que vengan señales desde Buenos Aires.

¿Quién es el titular del organismo?

El kirchnerista Mario “Pichi” Esper Perié.

¿Qué se cree?

Que Perié y Julien tienen un “acuerdo de colaboración” bajo la mesa. Uno firmaba el servicio de asesoramiento y el otro se hacía el boludo.

¿Qué más se dice sobre eso?

Que el objetivo de Costa Arguibel es que lo acuesten a Perié y que La Cámpora se quede con el control del organismo en Posadas. También dicen que el escándalo es el resultado de otra interna del Frente de Todos.

¿Qué dicen los decentes de la cúpula del PRO local?

Miran lejos, se hacen los distraídos. Julien es uno de los mimados del plantel del macrismo en la provincia.

¿Qué dicen sus pulcros socios del radicalismo?

Martín Arjol está ocupado en la interna a nivel nacional y el resto no dice nada.

Esos son los dirigentes que buscan ganar la provincia en las urnas, ellos son los que cuestionan un modelo distinto que se encuentra fuera de la grieta. Esa es la clase política que se disputa el país y todos asistimos complacientes al decadente espectáculo que brinda el encanto de las divisiones maniqueas.

Por este tipo de cosas, y otras mucho más importantes, es entendible que Argentina, con todo su potencial, no pueda inundar Europa de granos ni aprovechar otros recursos, y se encuentre con una economía signada por los desequilibrios, la escasez de divisas, problemas de financiación, entre otros tantos problemas. Son parte de una cultura amoral negadora de la responsabilidad individual. La cereza de la torta de la ignominia.  |