Con una mirada transformada y una energía serena, Liz Solari abre una nueva etapa en su vida personal y profesional. Tras años de mantenerse alejada de los reflectores tradicionales, la actriz y activista presenta una faceta más íntima: la de guía espiritual. Desde hace dos décadas, Liz transita un proceso profundo de autoconocimiento, meditación y servicio, que hoy decide compartir a través de retiros, talleres y encuentros conscientes.
La tierra colorada fue el lugar elegido para su próximo retiro espiritual. En pleno corazón de la selva misionera, Solari guiará una experiencia inmersiva orientada al desarrollo interior, el descanso mental y la conexión con la naturaleza. “Misiones es un gran centro energético, muchos lo sabemos. ¿Quién no ha pisado esa tierra y no se ha sentido elevado?”, expresó con entusiasmo, subrayando la conexión profunda que siente con el entorno natural y la cosmovisión ancestral de la provincia.
En estos encuentros, Liz propone técnicas milenarias de meditación, yoga y alimentación basada en plantas, con el objetivo de ofrecer herramientas concretas para enfrentar un mundo cada vez más acelerado. Su visión integra el cuidado del cuerpo, la mente y el espíritu como un todo. “Somos una tríada, no podemos cuidar solo una parte y olvidarnos del alma”, afirma con convicción, destacando la importancia de vivir en coherencia con el propósito personal.
Más allá de su historia como figura pública, Solari elige hoy mostrarse desde la experiencia vivida y madurada. Para ella, compartir este camino es un acto de servicio y compromiso: “El conocimiento no es para guardárselo, es para elevar a otros, como otros nos han elevado a nosotros”. En Misiones, ese llamado espiritual encuentra un territorio fértil para crecer y resonar.