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Mixolidio clothing: música, moda y tierra colorada

Los nuevos referentes del diseño entienden la fuerza de nuestra identidad y para Imar Curvello, es la base de su marca Mixolidio Clothing.

Pocas veces encontramos personalidades tan curiosas como la de Imar Curvello, emprendedor y cráneo de la marca Mixolidio Clothing. Oriundo de San Ignacio, creció frente a las reducciones jesuíticas que eran su parque de diversiones, entre el calor de la siesta, los turistas y los souvenires locales de su tía.

Quizás, la conjunción de todos esos elementos lo hicieron tomar una decisión tan determinante para la estética de su marca. Mixolidio conjuga el diseño, la estética del Y2K y el estilo urbano con los paisajes de la Tierra sin mal y sus personajes. Elementos globales tienen un anclaje en lo territorial, aquello que es conocido en el cotidiano de Imar.

Mixolidio Clothing: del gusto por las remeras a una marca

“Arrancó por mi gusto por las remeras, me compro muchas”, contó Curvello. Sin embargo, nunca le fue fácil encontrar diseños que le gusten y empezó a usar la compra a través de internet. Ante esta situación, se preguntó si las podía hacer él mismo y comenzó a buscar tutoriales en YouTube y otras redes de referencia.

No era la primera vez que Imar se mandaba sólo con algo que quería lograr. Sus comienzos con la música, otra de sus grandes pasiones, también tuvo que ver con explorar de manera autodidacta. En su temprana adolescencia, consiguió que sus padres le regalen un teclado casio y dio sus primeros pasos. Tocó en bandas de muchos estilos y llegó a los carnavales de San Ignacio, de los más destacados en la provincia.

“Tocaba en el camión, arriba, muchos años, estaba bueno porque era tocar y que te paguen”, contó con alegría. Para él, eran sus primeros pasos profesionales, aunque admitió que prefería estar en la calle con el resto de la fiesta. Sin embargo, abrió muchas puertas en su camino: no sabía si estudiar cine o fotografía y el profesorado de música apareció como la opción más concreta.

Un estilo y una búsqueda anclada en el territorio

Su estilo, más allá de la disciplina de la que estemos hablando, es “desestructurado”. Así lo define para escapar a las reglas que tienen el diseño gráfico o el marketing. “Lo mío es un estilo más cinético, está ligado al brutalismo, algo desolado”, comentó sobre la estética de Mixolidio. “Solía ir a fiestas electrónicas y miraba mucho las remeras que tenían puestas los chicos”, reveló.

Así, comenzó a copiar y detectar aquellos elementos de lo que se usa en la actualidad y lo que alcanza para “estar a la moda”. Además, está el desafío de adaptar su visión a la realidad de nuestra provincia, con un clima çálido que dista mucho de lo urbano en Europa o Estados Unidos. “Hacen mucha ropa con tela gruesa y acá hace mucho calor, eso no quiero adaptar acá”, explicó sobre su mirada localista.

Aunque tuvo algunas interrupciones, recuerda que una vez reconoció uno de sus diseños en un after. Desde entonces, supo que era su camino y aunque tuvo idas y vueltas, algunas interrupciones, nunca detuvo la marcha. “Siempre quise hacer ropa, nunca me encasillé como marca de remeras”, sostuvo Imar. En ese sentido, explicó que “nunca hubo un techo”.

Una filosofía para todo

Si bien, desde siempre tuvo el objetivo de que sus prendas se puedan usar sin importar el género, hoy en día también le da importancia a su territorio. “Tenemos la misma filosofía pero las prendas de ahora tienen una base conceptual que se centra en la cultura de nuestra provincia”, aseguró Curvello.

La inspiración llega de muchos lugares, entre su experiencia con la música -desde la electrónica hasta el metal- y esa fuerte presencia de artículos para el turista en su infancia. Sin embargo, sostiene una filosofía muy simple: “si está bueno y queda bien, listo, no importa si no cumple con las reglas del espacio y todo eso; con la música lo mismo: si suena lindo, va”.