Si hubo una reina indiscutida en la apertura de Villa Mercedes, esa fue la designer, Victoria Puppo. Su cápsula de diseños hizo que cada paso de las modelos fuera un verdadero show de glamour, romanticismo y modernidad. Bajo la curaduría del talentoso Juan Martín Niveyro, convirtió la histórica casa art déco en una pasarela donde moda y arquitectura se abrazaron con estilo.
Los looks elegidos por la diseñadora fueron una auténtica oda al vino: tonos que bailaban entre blanco, rosado, tinto y espumante, reflejados en cada cabello, cada prenda y cada detalle de maquillaje glow de la talentosa Liz Sato. Las modelos parecían sacadas de una editorial de lujo, con destellos que hacían brillar hasta la lluvia que caía afuera. Cada vestido contaba una historia, cada línea pura se sentía cargada de fuerza y elegancia.










“Es una colección cortita pero con mucha fuerza, como el vino”, confesó, y realmente se sintió así. Cada look, cada gesto y cada color demostraron que la diseñadora sabe cómo capturar la atención y transformarla en puro glamour.







Villa Mercedes abrió sus puertas con brillo, estilo y una dosis de creatividad que solo Victoria Puppo podía ofrecer. Si esto fue el comienzo, lo que viene promete ser un desfile de inspiración y elegancia que nadie querrá perderse.