Matías Schrank es una persona peculiar, fuera de cualquier molde. Uno nunca sabe cuál será su salida en las charlas de la Casa del Streaming y sus compañeros tampoco, pero disfrutan de los debates que plantea. Ya en la casa de Gran Hermano se había hecho conocido por esquivar cualquier etiqueta, más allá de la más obvia que era ser “raro”.
Pero lejos de cualquier receta mágica, Matías cuenta sobre sus lecturas y demuestra ser una persona calculadora y pensante, pero no en el sentido maquiavélico. Entre sus ambiciones están las de poder escribir un libro, por ejemplo. Su personalidad reflexiva lo llevó también a alejarse de las redes durante un buen tiempo, incluso.
Fue entre 2020 y 2021 que Schrank necesitó darse un respiro, y contó que al hacerlo su popularidad subió, contrario de lo que muchos pensarían. Habían personas dispuestas a comprar su cuenta “por mucha plata” pero él se negó porque consideraba que era algo así como “vender el documento”, algo “totalmente ridículo”.
“Desde diez a quince mil dólares” cuenta que le ofrecieron, y a todo dijo que no. Sin embargo, afirmó que durante su tiempo sin redes sociales “fue mucho más productivo”. El ex GH pudo concentrarse en procesar sus emociones contó, y controlar con más responsabilidad “esa inyección de dopamina que te dan las interacciones”.
“Los me gusta, los comentarios, los mensajes de la gente… un poco te modifican” admitió, por lo que quiso aprender a meditar y encontrar herramientas para mejorar su salud mental. “La gente se preguntaba si yo estaba bien y en realidad no pasa por ahí” concluyó. Tras un par de años con un perfil bajo, Mati pudo volver con todo y está más vigente que nunca.