Todo trayecto llega a su fin pero eso no significa que no pueda ser el inicio de algo más y el músico Guillermo O’Connor sabe muy bien de estas cosas. Para lanzar su nuevo disco, el artista posadeño apostó a una trilogía audiovisual que lleva el nombre de la Saga de Voz y Manos. Esta pieza consta de tres capítulos y finalmente, llegó el tercer simple «La tarde», una canción dulce que nos traslada a la conclusión del viaje recorrido.
De todos modos, todo indica que a partir de aquí comienza la cuenta regresiva para escuchar el nuevo álbum. Su título alude a una exploración íntima y exhaustiva de su relación con la canción como artilugio compositivo. Desde la misma producción, hay una retrospectiva de su propio trabajo en el que aparece un nuevo laboratorio que toma elementos primigenios.
Allí, las letras traen vientos de cambio en relación a sus discos anteriores, y a la vez dan muestra de su vínculo inquebrantable con la guitarra. Suelto, hasta liviano, hace que parezca un juego apenas y sin embargo, quienes sepan de música pueden admitir que la ejecución de sus temas requiere expertiz. Lo mismo sucede con su voz, madura y ya conocida, que logra matices junto a los demás elementos.
Aunque pequeño, todo el conjunto traslada a otro tiempo de ritmo, de velocidad incluso, la magia que se encuentra en una canción esconde también una pregunta que lleva al siguiente capítulo y así. Por si fuera poco, es tan solo una de sus facetas, ya que el fin de semana pasado compartió el escenario del Montoya con Hugo Fattoruso y Fernando Cabrera. La banda Unus Mundus abrió el recital de los músicos uruguayos y la rompieron, al punto de que el mismo Fattoruso dijo al final que lo habían dejado «sin palabras».