El fenómeno de Santiago Korovsky y División Palermo

Con una segunda temporada ya confirmada, millones de reproducciones en todo el mundo y un humor que parece refrescar la escena argentina, esta serie de Netflix tiene todo los condimentos para ser un éxito. ¿Por qué funciona tan bien una idea como esta en el mundo de hoy?

Hace poco más de un mes el algoritmo de Netflix se rompió completamente con el ingreso de División Palermo, una serie escrita, dirigida y protagonizada por Santiago Korovsky. Poco se sabía de él, de su paso por la facultad de comunicación social y el estilo de humor que barajaba con sus sketches en YouTube. Después del estreno de su primera serie, es imposible no cruzarse con una foto, una nota, una noticia sobre él.

Es que lo que se logró visibilizar a través de División Palermo, la cual vale la pena ver más de una vez incluso, es la capacidad ilimitada del humor. ¿Cuál es el límite? Se preguntan muchos comediantes, o son consultados al respecto, y la respuesta que parece dar Korovsky es que no hay ninguna, pero sí un artilugio en el mensaje. Es que la serie y el guión no se meten con las minorías y las diversidades en sí, más bien abordan la forma en que nosotros como sociedad tratamos esos temas.

Para repasar, si es que aún no la viste (corré a verla), la historia va de un pibe de mediana edad llamado Felipe que en medio de una crisis personal y de pareja, se une a una guardia urbana compuesta por minorías, una idea forzada por la policía para mejorar su imágen en la comunidad. El estilo de la serie es delirante, recuerda a cosas de Cha Cha Cha o el español Torrente, y lo más valioso es que los actores involucrados son parte de estas minorías que se presentan.

Y aquí aparece otra cuestión: ¿es posible buscar tramas que promuevan la aparición en pantalla de un panorama más inclusivo? Al parecer, lo de Korovsky tiene mucho que ver con su formación de comunicador social, carrera que estudió antes de dedicarse de lleno al mundo audiovisual. Si bien el camino es a través de la risa, del gag y los guiños cómplices entre personajes, hay un sentido muy bien pensado en la historia que se cuenta detrás. Sin dudas trasciende a la premisa de “un ciego, una persona de talla baja y una en silla de ruedas entran a una estación de policías”.

Lo genial es que pueden desarrollarse, que tienen su espacio y un lugar que no es relleno, sino el foco de la cuestión. El personaje que encarna Pilar Gamboa, Sofía, fue desarrollado en conjunto con la artista Lucrecia Gómez Boschetti, quien también participó como guionista de la serie, y a causa de su movilidad reducida, debe usar silla de ruedas. Consultada en varios medios luego del furor de la serie, la humorista y standuper había declarado:  “Espero que se rían, que nos riamos entre todos, que los lisiados no sean el remate del chiste y ya”.

Otra de las grandes incorporaciones es la vasta experiencia del actor Daniel Hendler, quien interpreta al jefe de la división, un papel que desde un principio fue pensado para él. Sobre el enfoque de la serie ha manifestado: «El humor está puesto en nosotros y cómo nos paramos ante la inclusión y la diversidad. Y también habla de la deconstrucción. Son policías en deconstrucción, pero esa es una tarea que a todos nos cuesta. Es algo que va cambiando todo el tiempo y que siempre te propone planteos y desafíos. Por eso me parece muy gracioso que el punto de partida sea una fuerza que intenta hacer marketing con estos temas. Algunos se venden como los gurúes en estas cuestiones y ahí es cuando aparecen torpezas con las que todos nos podemos identificar”.

Santiago Korovsky sabe que con la segunda temporada tiene el desafío de mantener a flote tanto la chispa humorística como ese agudo mirar que tiene como crítico social. Sin embargo, todavía hay mucho por explorar y así lo expresa: “Por cuestiones de época, tanto la seguridad como la inclusión y la diversidad están en agenda. Así imaginé a esta guardia que es utilizada por la fuerza para acercarse a la ciudadanía, pero sin una motivación profunda de fondo. Como una cuestión de cupo y no como un cambio verdadero. Y creo que con el humor de la serie logramos abordar las dificultades que tenemos para entender la complejidad de la inclusión”.