Macarena Benítez es una estudiante posadeña de 18 años que hace tres años comenzó a estudiar en la Escuela de Robótica, lo que le ayudó a adaptarse y superar las dificultades del ACI (Altas Capacidades Intelectuales), trastorno que padece desde pequeña. Ahora, estudia ingeniería en informática y prevé armar nuevos proyectos.
Según cuenta un informe elaborado por Canal 12, su formación se inició en un contexto de pandemia, en el año 2020. Macarena inició cursos de informática y esto la llevó a estudiar en la Escuela de Robótica. “Me empezó a gustar y me di cuenta que era a lo que me quería dedicar y, para escalar un nivel más, dije ‘voy a entrar a la escuela de robótica’”, afirmó la joven.
En cuanto al proceso de adaptación en la Escuela, Macarena contó que los miedos fueron grandes debido a que padece de ACI (Altas Capacidades Intelectuales), un trastorno donde el desarrollo cognitivo es más avanzado que el que le corresponde a una persona por su edad. “Estaba un poco asustada. El trastorno que me afecta hace que sea más difícil aprender las cosas. Y no sabía si me iba a adaptar bien“, añadió.
La estudiante detalló que se sintió acompañada. “Me encontré con un ambiente súper confortable y me sentí súper acompañada por parte mis profesores. Cada vez que no entendía algo, le podía preguntar, y nunca tuve dificultad por ese lado. Encontré una pasión que no sabía que tenía, que es la robótica”, explicó Benítez.
¿De qué se trata el diagnóstico? Según el informe, los alumnos con altas capacidades intelectuales (ACI) son aquellos que presentan unas capacidades cognitivas más elevadas de lo habitual, en relación a su franja de edad. Se pueden encontrar en niños y adolescentes de todos los grupos culturales, en todos los niveles sociales y en todos los ámbitos de la actividad humana. Representan entre un 4% – 6% de la población escolar.
El diagnóstico en edades tempranas es delicado, debido a que en algunas ocasiones los niños pueden presentar una mayor capacidad intelectual debido a la precocidad. En este caso el potencial se atribuye a causas evolutivas y se espera disminuir a medida que los niños van creciendo.
Macarena manifestó que la robótica le brindo conocimiento intelectual y emocional que posibilitó el desarrollo de sus habilidades. “Desarrollé la parte no tangible. Por ejemplo, no podía tolerar la frustración, me sacaba un ocho y sufría como si fuera que se saqué un uno. La robótica es prueba y error, entonces aprendí a tolerar mejor”.
Para que los estudiantes sean protagonistas de sus procesos de aprendizaje y que logren autonomía en la construcción de conocimientos significativos, la Escuela de Robótica brinda herramientas en un mundo de constante cambio. “Significa una oportunidad, es totalmente gratuita. La provincia me lo da y eso es una herramienta”, destacó la estudiante.
La joven posadeña sostuvo que en la actualidad se encuentra “estudiando ingeniera en informática y a futuro, planeo innovar, y no solo quedarme con lo que las personas ya crearon sino que poder armar proyectos propios”.
La Escuela de Robótica de Misiones es la primera pública y gratuita del país. La sede central se encuentra en Posadas, además implementa un sistema de descentralización que permite democratizar el acceso a esta formación en los 78 municipios misioneros. Con los Espacios Markers se llega a toda la provincia y se constituye, así, un semillero de talentos, en igualdad de oportunidades.
