Cómo siempre en la TV se encienden las luces y aparecen todos pitucos y bien vestidos. Pero pocas veces entendemos si están siguiendo alguna tendencia o simplemente las estilistas agarraron lo primero que tenían a mano.
La sastrería masculina se actualiza sin perder elegancia. En uno de los estilismos más comentados, un traje en tono gris claro con cuadros sutiles se combina con una remera blanca lisa, en reemplazo de la tradicional camisa. Este gesto, simple pero contundente, instala un nuevo código visual que prioriza la comodidad sin renunciar al buen vestir.
El corte entallado, la monocromía suave y el estilismo minimalista convierten este look en una apuesta segura para contextos formales o after office con impronta contemporánea. Un look versátil, sofisticado y actual.
La estética urbana continúa dominando la escena, pero lo hace desde una óptica más depurada. El segundo look propone una silueta que fusiona elementos del streetwear con guiños al workwear: chaleco sin mangas en denim crudo, remera negra al cuerpo y pantalón cargo en tono tierra. Un mix equilibrado que destaca por su funcionalidad, pero también por su intención estilística.
Este tipo de prendas, con vocación utilitaria, encuentran un nuevo significado en estilismos pensados al detalle. El reloj metálico y el peinado prolijo refuerzan la idea de un urbano con aspiración elegante.
Ella irrumpe con fuerza y se instala como manifiesto visual de una moda sin miedo. Un conjunto sastrero fucsia intervenido con frases gráficas y pinceladas estilo graffiti rompe la lógica monocromática tradicional y le imprime actitud a cada paso. El blazer oversize y el pantalón amplio se contraponen al crop top negro, en un juego de proporciones que deja al descubierto la silueta de manera audaz y elegante. Sin dudas es el ícono femenino de la creatividad, la irreverencia y la autoafirmación.
La pantalla ya no solo comunica contenidos, expresa un lenguaje propio y estas propuestas lo confirman: cuando hay estilo, el escenario puede ser cualquiera.
