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La nueva aventura de Fernando Oz

En esta oportunidad, el periodista especializado en conflictos bélicos y sociales se embarcó en el nuevo velero de Greenpeace en el Mar Argentino, para ser testigo de los crímenes ambientales.

Cansado de la rutina diaria y de los ruidos de la ciudad, el periodista especializado en conflictos sociales y bélicos se embarcó en una nueva aventura. Y nunca mejor aplicado el término, es que Oz se encuentra a bordo del velero Witnnes de Greenpeace, realizando un recorrido de una semana en la que los activistas y científicos vigilarán y recaudarán información sobre la abundante biodiversidad de las zonas de interés de la invasiva industria petrolera.

A través de sus redes sociales, el periodista editor de política del grupo Atlántida, compartió el paso a paso de su nueva travesía, la cual fue plasmada en un gran artículo en la revista GENTE en conmemoración del día mundial del Medio Ambiente.

El artículo para GENTE

Los científicos estiman que entre el 50 y el 80 por ciento de la producción de oxígeno de la Tierra proviene del proceso de fotosíntesis de las especies del plancton oceánico. Además, ese amplio ecosistema representa una fuente esencial de alimentos. Un estudio publicado en 2020 por la prestigiosa revista científica Earth System Science Data advierte sobre la gravedad de la contaminación de los entornos marinos debido a la degradación de la acción humana.

Ante la alarmante contaminación que padecen los océanos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el periodo comprendido entre 2021 y 2030 como la Década de los Océanos para el Desarrollo Sostenible. El objetivo es movilizar a científicos, políticos, empresas y a la sociedad civil a favor de la investigación y la innovación para promover la conservación de los recursos naturales marinos.

Sumándose a esa misión, un equipo de la revista GENTE se integró a la tripulación del moderno velero Witness, la nueva embarcación de la flota de Greenpeace, para ser testigos de los crímenes ambientales en el mar argentino. Al frente de la travesía se encuentra el capitán Patrick Brink, un irlandés de estatura media con el típico rostro seco y curtido de quienes llevan una vida dedicada al mar.

El Witness fue construido en Sudáfrica en 2003, está diseñado especialmente para hacer expediciones polares y la organización no gubernamental (ONG) lo acondicionó con mejoras ecológicas como paneles solares, turbinas eólicas y un sistema optimizado de administración de energía. Tiene 22,5 metros de eslora y una capacidad máxima de una docena de personas. Con esta embarcación, que llegó este año al país, los especialistas de Greenpeace ya realizaron diferentes acciones de concientización y de documentación del daño ambiental en el sur del océano Atlántico.

Desde el sábado nos encontramos en Puerto Madryn, en la ventosa Chubut, y por esas extrañas razones del universo la travesía a bordo del velero arrancará hoy, en coincidencia con el día Mundial del Mundial del Medio Ambiente, que se celebra cada 5 de junio desde 1973, y sirve de plataforma mundial para la divulgación ambiental y lo celebran millones de personas en todo el mundo.

Si el tiempo y el mar lo permite, arribaremos a tierra el próximo domingo. El destino final será el puerto de Piriápolis, en Uruguay. Durante ese recorrido, los activistas y científicos de la ONG ambientalista internacional vigilarán y recaudarán información sobre la abundante biodiversidad de las zonas de interés de la invasiva industria petrolera.

Salvemos a la ballena franca austral

Se estima que entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares. Eso equivale al peso de alrededor de 2200 Torre Eiffeles juntas. El plástico es uno de los principales males que atenta contra el ecosistema del mar argentino, junto a la pesca intensiva y la expansión de la frontera hidrocarburífera. Los primeros resultados de las catástrofes suelen verse en la superficie, en el territorio de las costas del océano Atlántico las víctimas más visibles son los pingüinos, lobos marinos, delfines, Orcas y la gran mítica familia de la ballena franca austral.

Según la información suministrada por Greenpeace, la explotación offshore en Argentina se concentra en la zona austral, en la costa este de Tierra del Fuego y la boca del Estrecho de Magallanes. Sin embargo, en 2019 se realizó la licitación más grande de los últimos 30 años y se ofertaron bloques en las cuencas Argentina Norte (frente a las costas bonaerenses), Malvinas Oeste y Austral.

La zona adyacente a la Península Valdés está también considerada dentro de las áreas en las que se realizarían exploraciones sísmicas, perforaciones y donde se instalarían terminales petroleras en la costa, cerca de la península. Justamente esa zona, además se haber sido declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, es la que recibe la mayor población reproductora de ballenas franca austral, como también a delfines, elefantes y lobos marinos, pingüinos y aves.

Actualmente hay propuestas para la creación de tres áreas marinas protegidas al sureste de la provincia de Buenos Aires, donde se encuentra el talud continental frente a Mar del Plata. Sin embargo, el 30 de diciembre de 2021, fue habilitada la exploración sísmica en los bloques CAN 100, 108 y 114, en la Cuenca Argentina Norte, a 300 kilómetros de las costas bonaerenses. Luego de las demandas presentadas por organizaciones ambientales y la sociedad civil y tras un año de batalla judicial, la Cámara Federal de Apelaciones ratificó la habilitación de la actividad. En febrero, fue presentada una queja ante la Corte Suprema de Justicia por la sentencia de la Cámara.  

“Hay mucho viento, van a estar muy movidos. En esta época el clima es complejo”, me dijo el Santiago Fernández, un especialista en fauna marítima que está haciendo un doctorado en Ciencias Biológicas metido en el Laboratorio de Mamíferos del Centro de Estudio de Sistemas Marinos (Cesimar), con base en Puerto Madryn, que depende del Conicet. También forma parte de un interesantísimo proyecto de investigación intergubernamental, entre Argentina, Brasil y Estados Unidos, además de organizaciones no gubernamentales, para conocer las rutas migratorias de las ballenas francas australes a través de telemetría satelital, una especie de seguimiento mediante un chip sujeto al animal.

Además del curtido capitán Brink, la tripulación está integrada por el oficial de origen francés Guven Daragon; el ingeniero mecánico Erkut Ertürk, un turco con sobrada experiencia en naves de Greenpeace, y la belga Lis Vercamere, marinera de cubierta. De la travesía también participan Bruno Giambelluca, vocero de temas de océanos, clima y energía con más de 12 años en Greenpeace; Martin Novara, voluntario de Fundación Patagonia Natural; Osvaldo Tesoro, productor audiovisual y voluntario de Greenpeace; Juan Luna, un estudiante de biología que también es voluntario en la misma escudería; y mi compañera Elisabet Correa, productora audiovisual de GENTE.

Hay cinco océanos en el planeta: el Atlántico, el Pacífico, el Índico, el Ártico y el Austral (o Antártico). Pero todas sus partes están conectadas, en definitiva, el planeta es un solo océano, es un vínculo para la humanidad, más allá de ser una fuente de alimentos, transporte, generación de energía, ocio y regulación del clima, además de albergar una enorme biodiversidad.

FUENTE: Revista GENTE