Detrás de la carismática y bella conductora de Antisiesta se esconde una mujer con problemas reales como cualquier otra. Si bien se la puede ver extrovertida y avasallante de lunes a viernes a las 13 hs por canal 12, en sus redes sociales podemos conocer su lado más vulnerable.
Es que esta vez, Mili ironizó sobre su visita al psicólogo: “Así como me ves, diosa, inalcanzable, impoluta… Estoy mal de la cabeza y lo asumo, porque de esa manera, también vas a terapia”.
Previa a su sesión, manifestó su hartazgo de llevar los temas del corazón al consultorio y pidió la ayuda de sus seguidores: “A mí me gustaría pedirles ayuda… que me digan qué tema trato hoy en terapia, porque yo ya estoy harta de hablar de amor y de afectos, y cómo me siento con respecto a eso. ¡Quiero otro tópico!”.
La conductora procedió a habilitar la caja de comentarios y comenzaron a llegar las sugerencias. “Objetivos a corto plazo. Lograrás grandes satisfacciones y mucho envión anímico” propuso un seguidor, pero le resultó más interesante la propuesta de hablar “de la infancia, de traumas, cosas que te enojan y no expresas”.
Luego de tanta interacción y consejos, llegó a una interesante reflexión: “Yo creo que una mujer grande como yo ya tenemos otros problemas: ¿Cómo hago para que la ropa esté verdaderamente blanca en Misiones? ¿Cómo hago para que no se percuda? ¿Cómo sé cuándo ya me transformé en una acumuladora? Porque miren que yo estoy tirando basura a lo loco en mi casa, pero sigo abriendo placares y sigue habiendo cosas. Esos son los problemas de una señora grande. O sea, ¿cuándo esta pilcha que a mí me gustaba mucho dejó de ser la tendencia? ¿Cuándo ya pasó de moda?. Esos son los tópicos de señora que se necesita: ¿Cada cuánto hacerme nutrición? ¿Por qué no me puedo comer las uñas?”
