Fabricio Emanuel Olivera tiene muchas facetas: estudió producción audiovisual por su amor al cine, es instructor de Taekwondo con participación en algunos mundiales de ITF incluido y logró el deseo de muchos, tener su propio local de objetos de colección. Con un frente ploteado con los personajes más destacados de Marvel, uno podría confundirlo con una simple juguetería pero lejos de caer en semejante simpleza, este lugar cuenta con merchandising oficial de películas y cómics que son una verdadera genialidad.
Vale aclarar que en primera instancia son de su gusto porque el negocio entero está montado sobre el criterio para seleccionar cada una de las figuras de acción y productos de las franquicias. Siendo un joven emprendedor de 35 años, uno puede deducir que Fabricio empezó siendo un gran fanático de niño. Confiesa que en su colección personal, todavía tiene piezas de juguetería que conserva de cuando era chico, algunas figuras de los Caballeros del Zodíaco y sus preciadas armaduras, por ejemplo.
Él recuerda principalmente su tradicional “viernes de películas”, el día de la semana en que su padre lo llevaba a elegir una o dos películas en el videoclub, que en ese momento se reproducían por VHS (aclaración para los nostálgicos). Al principio eran las películas de Disney, pero con el tiempo aparecieron grandes títulos que lo conmovieron de por vida, como Terminator 2, Volver al Futuro, Robocop, la saga de Star Wars, entre otras. En paralelo, también jugaba videojuegos en los que destaca el Resident Evil 3 y Soul Reaver, por su calidad de guion y estética.
Desde siempre tuvo un especial cuidado con sus propios juguetes: al principio, su madre le había fabricado unas repisas para que pudiera guardar sus figuras de acción prolijamente. Sin embargo, pronto se volvió una obsesión propia la necesidad de conservar en buen estado las cosas que iba adquiriendo.
Además, Fabricio fue creciendo y también su criterio para elegir las piezas que compraba. “Era como una especie de placer culposo, ya era un poco más grande y cuando quería algo de una juguetería, una figura que me había llamado la atención, me preguntaban si la quería para regalo y yo decía que sí” cuenta entre risas, pero reconoce de todas formas que la cosa viene cambiando mucho: “a mí me movilizó mucho ir a Buenos Aires y descubrir que era algo de lo más normal donde nadie te preguntaba nada”.
Lo curioso es que no se consideraba a sí mismo un coleccionista, era algo que hacía de manera casi solitaria, una actividad que solía compartir con Santiago, un ex alumno de taekwondo con el que formó un lazo de padrinazgo. Como su vida siempre había tenido muchas puertas abiertas, simplemente no lo tenía en cuenta. Hasta que en una de sus tantas salidas al cine, se encontró con una muestra de la Echo Base, un grupo de fans de Star Wars liderados por Diego Jacquier, en el que inmediatamente lo reconocieron por lo que era: “un verdadero coleccionista”.
Posadas era muy distinta durante su infancia, antes existían dos regalerías en el centro y no había mucho más. El Mercado Modelo “La Placita” siempre fue un faro para muchos niños que han conseguido allí juguetes muy valiosos a precios increíbles, pero más allá de eso era difícil encontrar lugares donde uno pudiera encontrar objetos de nuestros personajes preferidos como Juego De Tronos, Harry Potter, Marvel, DC Comics y mucho más. Hoy en día, por suerte, la cultura del gaming y la proliferación de los superhéroes en todas las pantallas del mundo ayudaron a que el mercado crezca.
Pero como Fabricio creció siendo parte de esa cultura, entiende que no puede brindar más de lo mismo. Él lleva su personalidad a la curaduría de los objetos que vende y expone en su gran galería. “Pocos entienden a veces cuál es mi criterio” dice, aclarando que para él “no se trata de tener una colección entera de principio a fin de un lanzamiento sólo por acumular”.
Más bien, se trata de analizar si la pieza está bien confeccionada, si la figura le resulta representativa, a veces incluso, se trata de versiones raras de sus superhéroes preferidos. Quienes lo visitan pueden confiar en que se trata de un experto en el asunto que sabrá atender la necesidad de los más exquisitos y los más desinformados por igual.