Detrás de un bloqueo, ya sea a través de Whatsapp, Facebook, Instagram u otra red social, las razones pueden ser varias dependiendo de quién es la persona en cuestión. Los más frecuentes suelen darse en vínculos amorosos que terminaron mal y puede entrever lo siguiente: evitar el contacto, comenzar el proceso de duelo, evitar acoso, eliminar recuerdos, dejar la vida en común atrás, no lastimarte por una nueva relación, evitar que salgan temas y recuerdos relacionados con él o ella, entre otros.
El tema llegó a los estudios de Canal 6 en el momento en que la periodista Yésica Sánchez contaba una breve historia en la que resultó bloqueada. A lo que Jorge Kurrle agregó: “Que feo eso de bloquear. Yo no bloqueo”, y al consultarle a su colega sobre la acción, Sánchez respondió: “Yo bloqueo cuando siento que la otra persona se fue de mambo y me boqueó de más, sino no…”. El diálogo continuó midiendo experiencias y el hecho de manejar ciertas situaciones siendo una “figura pública”, como es el caso de ambos.
Más allá del desahogo que puede darse al bloquear a una persona que ya no queremos en nuestras vidas, ¿qué es lo que hay detrás?. Algunos psicólogos coinciden en que aquellos que se apresuran a bloquear a otros tienen más probabilidades de tener problemas de egomania y narcisismo, junto con una baja autoestima profundamente asentada.
Mal o bien, el bloqueo sirve para poner un límite que podría ayudar a superar algo doloroso. Pero ¿qué tan sano es bloquear a una persona? Sea el motivo que sea, la clave está en saber si romper esa relación, sea temporal o definitivamente, va a mejorar nuestro bienestar emocional o nos va a causar un nuevo quebradero de cabeza. En definitiva, si en la balanza bloquear hace que gane nuestra salud mental.|
