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Silvio Leguia, el empresario misionero que conquistó Bangladesh

La exitosa misión comercial a Bangladesh tras la reapertura de la embajada argentina en ese país dejó un saldo positivo para un grupo de empresarios yerbateros de Misiones. Uno de ellos fue Silvio Leguía, Gerente Comercial de la firma Piporé, quien en sus redes sociales trazó una especie de diario de viaje, reflejando la admiración que tiene el país asiático por Argentina y sus costumbres.

Encabezados por el canciller Santiago Cafiero, fueron varios días de exposiciones con el objetivo de promocionar los productos que Argentina exporta a ese país. Dos esos causaron furor, uno fue el dulce de leche, el otro la yerba mate.

El amor del pueblo bangladesí por nuestro país no es nuevo, aunque sí se vivió un fenómeno nunca antes visto durante el mundial de Qatar, donde las imágenes de la gente vibrando con los partidos de Argentina y los goles de Messi emocionaron a más de uno.

A través de un hilo en Twitter con fotos y videos, el empresario misionero reflejó sus emociones de la enorme experiencia vivida. “Intento encontrar una palabra que explique lo que vivimos estos días en Bangladesh y a la única que llego es “indescriptible”. Es una experiencia que solo se puede vivir y sentir” expresó.

Luego, describió que Bangladesh “es un pueblo vibrante, sufrido, caótico y alegre. Pero el fervor y la pasión que sienten por Argentina es algo que nunca viví en mis años de recorrer países y creo que nadie lo vivió”.

“En el momento que se daban cuenta que éramos argentinos, se nos venían encima, nos pedían fotos, nos hablaban descontroladamente de lo que apoyaron a nuestra selección explicándonos lo que vimos en tantos videos durante el mundial. Siempre con una sonrisa, siempre con respeto”.

“Y con mucha curiosidad miran el mate, y lo prueban e intentan disimular ese golpe fuerte y amargo al paladar de quien lo toma por primera vez”.

“.Que nadie discuta la influencia del deporte en las sociedades, las relaciones entre países, las políticas y las oportunidades económicas como este momento que estamos viviendo entre dos naciones que no aparentan tener nada en común, salvo la pasión por la celeste y blanca”.