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La grieta más notoria

De cara al 7 de mayo, la versión de provincial de Juntos por el Cambio replica las furias internas provenientes de Buenos Aires y cada uno busca salvarse por su cuenta. Mientras tanto, hay un candidato a gobernador encerrado en su círculo de amigos.

A pocos días de las elecciones provinciales, desde Buenos Aires llegan los vientos de cola que impactan de lleno en la oposición. Esta semana, el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta puso en evidencia la notoria grieta que resquebraja a Juntos por el Cambio.

La maniobra del caudillo de la ciudad de la furia fue clara: elegir la forma de votar abiertamente contraria a la que pedía Mauricio Macri y el resto del PRO para las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires.

Es solo un capítulo más de las reiteradas peleas que se vienen mostrando, las cuales generan desilusión, desencanto y cada vez más alejamiento de sus dirigentes y de la gente.

En Mendoza un misionero fue protagonista. Enviado por los jerarcas nacionales del PRO, el senador Humberto Schiavoni intentó una intervención que derivó en un fracaso mayúsculo, con la ruptura total del frente, causando el alejamiento de la figura más fuerte, el diputado nacional Omar de Marchi, quien anunció que será candidato por afuera, rompiendo y debilitando todavía más ese espacio, nada menos que en el cuarto distrito más grande del país.

Las peleas se repiten en cada una de las provincias causando un daño irreparable a los que practican la política con otros valores y un hastío generalizado de la gente.

En la Tierra sin Mal se repiten varios signos. Hay un despedazamiento permanente entre innumerables fracciones cada vez más reducidas y atomizadas. Ciertos referentes de Juntos por el Cambio reprochan por lo bajo que el radical Martín Arjol, (candidato a gobernador), recibe órdenes desde Corrientes y ya no dialoga con ningún sector de su partido.

Desde las filas del partido centenario tiraron la toalla y directamente ya no colaboran en la campaña, salvo algunas acciones aisladas por compromiso que por convicción.

En el PRO Misiones la situación es todavía más quebrada y crece el miedo a un papelón electoral nacional el 7 de mayo. Muchos dirigentes se alejan criticando actitudes sectarias y peleas constantes entre diferentes facciones que responden a diferentes líderes nacionales.

A los casos conocidos de Fernando Santacruz, José Luis Pastori, German Ferver, en los últimos días se hizo público el distanciamiento casi irreparable de Osvaldo Navarro y Ratier Berrondo, dos figuras irremplazables en el deteriorado armado de Juntos, cuyas ausencias van a sentirse dolorosamente en la movilización y estructura.

Hay incipientes y subterráneas conversaciones entre referentes libertarios para atraer a todos los expulsados por las internas de Juntos. En definitiva, el que termina cosechando cada vez más adhesión en este complejo panorama es el liberal Milei. Pareciera que todas las acciones del PRO y el radicalismo apuntan a consolidarlo y beneficiarlo. Cada escisión de Cambiemos suma para los libertarios. La única acción planificada por Juntos por el Cambio en Misiones es tirar la boleta en el cuarto oscuro para ver que algún distraído la agarre y la ponga en el sobre. Ni siquiera se han tomado la tarea de elaborar una carpeta con propuestas para el agro, la economía o el turismo. Pero el electorado ya advirtió la estrategia y no se deja engañar más con la foto mentirosa donde dicen que están juntos, porque la realidad es que Juntos no existe. Parecen más una bolsa de gatos. Y eso se refleja en las encuestas donde cada día que pasa caen un poco más. Los sondeos recientes de intención de voto indican que no tienen cuatro diputados asegurados y hasta podría peligrar el tercero.