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La Escuela N°579 presente en la 20° Maratón Nacional de Lectura

La Fundación Leer lleva a cabo acciones para la promoción de la lectura en las infancias y apuesta a que el hábito contribuya a la formación de los ciudadanos del futuro.

Hace 25 años la Fundación Leer comenzó su actividad, según informan institucionalmente desde sus redes oficiales, con el “sueño de que todos los chicos quieran y puedan leer”. Una de sus principales acciones es la Maratón Nacional de Lectura, una jornada en la que escuelas y colegios de todo el país se unen bajo la misma consigna de acercar a los niños al universo de los libros.

Una de las instituciones que sumó su adhesión en la tierra sin mal es la Escuela N°579 “Fuerza Aérea Argentina” donde los pequeños protagonistas coparon el escenario realizando interpretaciones de cuentos, se juntaron a leer en ronda y compartieron junto a sus familias y maestras la pasión de imaginar y conocer nuevos mundos posibles.

“Hace cinco años ininterrumpidos que participamos de la maratón” explica Amalia Chejanoski, directora a cargo de la institución. El mecanismo, según describe, tiene que ver con “no solamente investigar la temática de cada edición, sino también de hacer un análisis, bajar el programa que nos proponen a nuestra realidad escolar”.

Como saldo positivo, Chejanoski cuenta que gracias a distintos programas estatales se han abastecido de una importante biblioteca por lo que “no podemos decir que no tenemos los recursos bibliográficos”. En particular, explica que la Escuela N°579 siempre tuvo un eje importante puesto en la lectura, más allá de las participaciones a través de la Fundación Leer, siempre han enfatizado en la formación lingüística, con talleres de escritura y lectura. “Nosotros siempre hemos tenido esa línea institucional que ahora se alinea con los objetivos de la fundación, que tiene que ver con darle al niño herramientas para que pueda imaginar su futuro, confiando en que la lectura empodera” aclara.

La directora considera también “que la respuesta de los chicos es positiva” y que a pesar de que predominan los dispositivos tecnológicos en la cotidianeidad, a los chicos “les sigue gustando mucho los libros, todavía los moviliza, se ponen contentos cuando pueden acceder a conocer y leer por sus propios medios”.

De todas maneras, cabe aclarar que hay un enorme trabajo de adaptación de los programas y las currículas a las situaciones de cada niño y su relación con la escritura y la lectura: “tenemos muchos chicos con dificultades para desarrollarse y sin los libros sería una tarea imposible, por lo que siento que estamos a tiempo de darle siempre más importancia al material escrito”.

En ese sentido, las dificultades que trajo la pandemia del covid-19 a la práctica educativa son un verdadero desafío en el contexto de la educación pública. “Para nosotros el conflicto aumentó porque ya lo teníamos y tiene que ver con que nuestra escuela incluye a todo niño que pida inscripción, jamás hemos dejado afuera a un chico por tener dificultades de aprendizaje”.

El encuentro con esas realidades se torna desafiante para el cuerpo docente de la institución ya que según Amelia, no cuentan con un gabinete psicopedagógico y dependen de asistencias estatales que no dan abasto o de que los padres puedan invertir en acompañantes terapéuticos particulares.

“Después de tantos años aprendimos a hacer adaptaciones curriculares y buscamos que los niños puedan realizar pequeños avances, aunque no se pueda comparar con otro chico que sostenga una escolaridad adecuada, pero sentimos mucha satisfacción cuando pueden superarse” asegura la directora.

La contraparte del asunto, aclara, es que “se tiende a considerar que la calidad educativa es mala, que nos quedamos con lo mínimo, pero para nosotros es una decisión de inclusión”.

Chejanoski asegura que en el último tiempo aumentó la cantidad de chicos con problemas de aprendizaje, incluso han recibido en la institución a chicos de 12 años que no habían superado 2do grado. “Una vez que el niño recupera la autoestima, que se siente parte y aprende a superarse más allá de las falencias o dificultades, es un puntapié para que su crecimiento como persona sea íntegro” concluyó.