Si existe un apelativo trillado en la Tierra sin Mal cuando intentamos referirnos a una persona que no tiene simpatía o que nos resulta desagradable, directamente lo llamamos “argel”.
En su campaña electoral del año 2019 el entonces candidato opositor Martín Arjol utilizó como slogan de campaña «No es argel, es Arjol» lo que causó simpatía en muchos electores e hizo que varios misioneros eligieron al candidato de la UCR Cambiemos que finalmente ganó una banca como diputado nacional.
Sin ir más lejos, fueron varios los políticos que con “picardía” adoptaron el término “argel” para referirse al actual funcionario e incluso algunos fueron más lejos con la calificación.
Si bien en un comienzo Arjol intentó despegarse del apelativo durante su propia campaña, en los últimos días participó de una reunión junto a militantes radicales en la que no pasó desapercibida su remera en cuyo estampado se podía leer “Qué argel”.
Lo cierto es que a lo largo de su carrera política como opositor al gobierno renovador, Arjol supo pronunciar discursos de manera muy crítica y vehemente por lo que el término, que está fuertemente arraigado en la región, viene como anillo al dedo para definir (por algunos) su rol político.
Camino al 2023, el funcionario continúa arrojando imagen positiva en las encuestas ya que la gente ve en él una figura joven, que no tiene grandes antecedentes en la política, y podría ser un buen contrincante para enfrentar a la renovación en las próximas elecciones en una posible disputa por la gobernación.|