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¿Cuál es el manjar misionero preferido de Horacio Martínez?

En un rápido pingo pong de preguntas y respuestas, el concejal posadeño dejó bien en claro su elección a la hora de elegir un plato típico de nuestra provincia. Ah, aprovechando el verano te enseñamos como preparar tu propia receta.

Variada es la gastronomía de nuestra tierra, integrada por la riqueza de sus alimentos, los cuales generan admiración en todo el mundo. En un vertiginoso ping pong de preguntas y respuestas con la cuenta oficial del Frente Renovador, el concejal posadeño Horacio Martínez no dudó a la hora de elegir su plato principal.

Luego de responder con firmeza cuales fueron las tres ordenanzas más importantes aprobadas por el Concejo Deliberante capitalino a lo largo del 2024, Martínez sentenció que su manjar misionero preferido es el mamón con almíbar y queso, respuesta que generó aplausos entre los comentarios, aunque uno de ellos advirtió: “Engorda ese manjar Misionero”.

¿Cómo hacer mamón al almíbar?

Oriundo de México y Centroamérica, el fruto de Mamón o Papaya, supo descender posiciones en el mapa continental para echar raíces en suelo y cocinas sudamericanas. Las altas temperaturas y abundantes precipitaciones de las provincias de Corrientes, Misiones, norte de Entre Ríos y este de Chaco harían posible su afincamiento en el litoral argentino.

Solito y sólo, sin más sabor que el que ofrece bajo su cáscara: el mamón es un fruto de consumo directo, sí. No lo defraudará si decide degustarlo así nomás. Y hasta le hará unos cuantos favores, pues, en materia de nutrición, el mamón le pasa el trapo a más de una fruta: contiene vitaminas del complejo B (tan afectas a cuidar de nuestro sistema nervioso, aparato digestivo, corazón, piel y hasta cabello), vitamina A, fibras y minerales tales como hierro, calcio, fósforo, magnesio y azufre, entre otros. Definitivamente, un “manjar litoral”.

Mamón en almíbar

  • Mamón verde (3 kilos -pelado y sin semillas-)
  • Azúcar (3 Kilos)
  • Agua en cantidad necesaria
  • Esencia de vainilla a gusto

Pele la fruta, córtela en gruesas rebanadas y quite las semillas. Mientras tanto, coloque a hervir abundante agua en una cacerola grande. Una vez alcanzado el hervor, agregue la fruta procurando que quede completamente sumergida. Hierva a fuego fuerte hasta que alcance la ebullición, luego entre dos y cuatro minutos más. Retire la fruta y lávela con abundante agua fría.

Sin embargo, el baño no termina aquí: prepare una cacerola con agua a tope, sumerja nuevamente la fruta y lleve al fuego. Durante la primera hora de hervor, incorpore dos tazas de azúcar (1 kilo y ½). Deje que el hervor continúe dos horas más, sin tapar la cacerola. Retire del fuego y deje reposar hasta el día siguiente dentro del mismo recipiente.

En el nuevo día, lleve nuevamente la cacerola al fuego y agregue de una vez el kilo y medio de azúcar restante, junto con la esencia de vainilla. Continúe con el hervor a cacerola destapada durante una hora. Transcurrido el tiempo, tape la cacerola a medias y deje hervir por aproximadas tres horas, hasta que el almíbar alcance el punto deseado y la fruta luzca brillante. Retire del fuego y reserve para que enfríe. Luego, cubra con el almíbar resultante.

¿Cómo degustamos tamaña dulzura? La elección es suya, aunque como buena fruta en almíbar, bien puede acompañarla con helado o crema. Y ni le digo la particular versión vigilante que el mamón protagoniza. Sí, sí, este manjar litoral también se pone la gorra: mamón con queso es uno de los predilectos, tal como le gusta a Horacio Martínez.