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Fin de Año: ¿bancás o no a la gente?

Cuando el estrés se mezcla con los vínculos… y alguien se anima a decir lo que nadie dice salen este tipo de programas en Aldiome. Mirá la nota.

La charla venía tranquila… hasta que Octavio Rodríguez dejó caer la reflexión que todos sienten en diciembre pero nadie se anima a verbalizar: ¿hasta qué punto hay que bancarse los reclamos ajenos cuando uno también está intentando sobrevivir al fin de año?

La mesa venía repasando esos pedidos, indirectas y exigencias que aparecen de golpe: mudanzas, enfermedades, favores, responsabilidades emocionales que nadie pidió… y que encima llegan sin que el otro avise nada. “¿Cómo voy a saber que estuviste mal si no lo comunicás?”, lanzaron entre risas nerviosas. Pero el clima cambió cuando Raquel Machón decidió ponerle nombre a lo que muchos sienten a esta altura del año.

Con la honestidad brutal que la caracteriza, cerró el tema con una radiografía emocional digna de tatuarse: “hay gente que reclama, reclama, reclama… ¿y yo qué voy a saber que estabas mal? Vos tampoco me preguntaste si yo estaba bien. Es como si lo del otro fuera siempre más importante. Y eso… me drena la energía. No tengo ganas de estar ahí, me sacás las ganas de todo.”

Choluleando fino, Machón tiró una verdad incómoda: la falta de reciprocidad emocional cansa. Agota. Y cuando el año llega al límite, también nosotros llegamos al límite. En pleno diciembre, entre balances y enroscadas mentales, la gente exige pero no pregunta. Y Raquel simplemente dijo lo que muchos piensan: no sos una máquina de sostener a todos si nadie sostiene un poco también tu cabeza.

Fin de año está acá. La pregunta queda flotando. ¿Bancás… o no bancás a la gente?  Te leemos y no juzgamos.