Mientras muchos pasan de largo, Silvio Leguía, creador de la agencia de marketing «Trending Topic» puso el ojo donde nadie mira… pero todas viven: la eterna fila del baño de mujeres.
Después de viajar por medio mundo, el experto notó un patrón que, lejos de ser casual, revela un síntoma profundo de cómo se diseñan (o NO se diseñan) los espacios públicos: baños de mujeres saturados, baños de hombres vacíos. Una postal repetida en aeropuertos, congresos, ferias y eventos… pero, curiosamente, jamás cuestionada.
Leguía desmenuzó la escena y fue al hueso: las mujeres tardan más tiempo por razones prácticas, biológicas y culturales. Hasta ahí, nada nuevo. Lo escandaloso es que, aún sabiéndolo, nadie hace nada.
¿Por qué? Según él, por el cóctel explosivo que domina a muchas organizaciones: No es prioridad, es un diseño heredado que nadie se atreve a revisar, se acepta porque “siempre fue así”, cambiar implica esfuerzo sin un beneficio inmediato, y claro: quienes deciden… no sufren el problema.
Pero lo más revelador de la reflexión de Leguía es otra cosa: este problema es facilísimo de resolver. Tan simple… que da vergüenza que siga igual. Y así, entre filas interminables y baños vacíos, Leguía destapó una verdad incómoda: lo que todos ven y pocos se animan a cambiar y lo que nadie cuestiona… es justamente lo que más habla de nosotros.
