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Institucionalidad y memoria: la doble vara de la oposición

Mientras el país atraviesa una crisis de coherencia y valores, Misiones reafirma su compromiso con la institucionalidad y el trabajo. La designación de Valeria Fiore Cáceres expone las contradicciones del radicalismo, que olvida su propia historia al cuestionar lo que antes defendió con orgullo.

Son tiempos en los que el país se desintegra en gritos y contradicciones, en ese marco Misiones avanza con trabajo y valores. En medio del ruido político nacional, la Tierra sin Mal vuelve a dar un ejemplo de coherencia institucional y de respeto por las trayectorias, frente a una oposición que elige la crítica fácil antes que la memoria.

La designación de la reconocida Valeria Fiore Cáceres como Ministra del Superior Tribunal de Justicia puso en evidencia una vez más la doble vara del radicalismo. Quienes hoy cuestionan su nombramiento parecen haber olvidado que en 1987, bajo un gobierno provincial radical encabezado por Ricardo “Cacho” Barrios Arrechea y luego por Luis María Cassoni, su propio partido designó como ministro del Superior Tribunal de Justicia al doctor Ismael Carlos “Pajarito” Acosta, proveniente directamente del Poder Legislativo y de la UCR. En aquel momento nadie entonces dudó de su idoneidad ni de su independencia. Por el contrario, fue celebrado como un gesto de confianza en la democracia naciente y en el profesionalismo misionero.


“La verdadera independencia no se declama, se demuestra. Y Misiones lo hace con hechos, no con discursos de ocasión.”


Lo que realmente resulta llamativo es que los mismos sectores que entonces defendieron aquel nombramiento, hoy se escandalicen por una decisión de similares características. Dirigentes como Ariel “Pepe” Pianesi, vocero de una oposición radicalizada, se erigen en guardianes de una institucionalidad que su propio espacio jamás practicó con coherencia.

Pero la incoherencia no es solo política, es más bien moral. Pretenden juzgar con una vara que no aplican a su propia historia. En tiempos donde el país se hunde en discusiones estériles, Misiones elige otro camino: el del trabajo, la coherencia y el respeto por las instituciones.

Porque la verdadera independencia no se declama: se demuestra. Y Misiones lo hace, con hechos, no con discursos de ocasión.