Por Juan Báez Nudelman
Está encargado de la previa a cada programa con una gama de sonidos que van desde lo más alternativo a las joyas del mainstream con un maridaje bárbaro. Comenta con sabiduría cada vez que lo llaman a opinar y maneja los hilos desde la operación.
Pero Pizza Club, nombre artístico de Gonzalo Lezcano, no siempre fue productor musical aunque desde muy pequeño viene agitando y haciendo ruido en la escena local. Es que si hablamos de inquietud, se trata de un referente.
Gonza arrancó como baterista, incluso uno de sus proyectos, La Plata de Luvert, fue una de las bandas más representativas de la ola indie que invadió un tiempo Posadas y el mundo, con figuras que aparecían a nivel internacional como Tame Impala o Mac Demarco.
Pero lejos de quedarse en las glorias del álbum que logró esta banda antes de separarse (y que todavía se puede disfrutar en YouTube y Spotify), el músico empezó a diseñar los primeros trazos sonoros de lo que hoy ya es su marca personal: Pizza Club.
Con un par de sencillos lanzados que atraviesan los sonidos actuales de la música urbana, sumados a algunos destellos de R&B, empezó a dejar atrás el ritmo del rock and roll para explorar en la canción otras realidades.
En 2021 sacó su primer EP que cuenta con la colaboración de Erich Larsson, un ex Otra Cara de la Nada, también parte del mismo circuito. Otra de las joyas incluídas en el contundente álbum es una excelentísima versión de ¿Qué vas a hacer tan sola hoy? de Viejas locas, totalmente reinterpretada.
Y la cosa no para ahí, porque el muchacho mantiene a full el servicio de delivery y se reparte entre la operación técnica de radio, llevar sets conceptuales a cada lugar donde toca (porque no es lo mismo sonar en Salvaje que en la vereda de Pinot y él lo sabe bien) y ahora también se incorporó al equipo de la Casa del Streaming.
Consciente de la nueva exposición que está teniendo, confesó que se sintió muy bien la primera semana. “Me gusta mucho el equipo que se armó, desde lo humano más que nada. Nosotros no nos conocíamos, nos juntamos a partir del proyecto” comentó.
“Una cosa va llevando a la otra, por hacer música me empecé a interiorizar en la parte técnica del sonido, empecé a estudiar y todo esto me llevó a tener un camino profesional que me llevó a esto” cuenta, y está contento porque en este nuevo proyecto puede “combinar las dos cosas: la música y la parte técnica del sonido”. Con todo esto, ya su presencia se ha construido en la ciudad, según él, ya es “un abanico de cosas”. “Estoy viviendo de ser Pizzaclub” cuenta en chiste, por cómo ve crecer su marca profesional y los nuevos horizontes en los que sin sospechar, se anima a posar la mirada.


