«Del amor no quiero nada, prefiero el sabor del viento. El extraño y suave sabor de la piel de mis amantes», había escrito la morocha, dando indicio de que el paraíso amoroso con Juan Tesoriero estaba en «stand by».
Sin embargo, los meses pasaron y la bella conductora, Marlene Butof buscó darle una nueva oportunidad al amor y la encontró a principios de junio en los brazos de Leandro Espínola, un joven, entallado y amante del aire libre, que en aquella oportunidad no solo había pescado para la conductora sino que también la había deleitado con un exquisito plato.
Amante de su BMX y representante de la marca Kahlua (indumentaria sin género) el joven conquistó nuevamente a la joven conductora, a quién parece gustarle los chicos aficionados al aire libre, las fiestas y los deportes extremos. Está vez, la arena blanca, el oleaje de la playa y la tranquilidad de una hermosa cabaña con ricos mates fue la apuesta perfecta.
Él aprovechó para surfear las olas mientras ella ondeó su hermoso kimono blanco bajo el radiante sol. Lo que se podría decir que son unos días perfectos para los bellos tortolos. ¿Podrán?
