Ola Dibujos, la suma del arte y las redes sociales

El humor y la ilustración son las principales herramientas con las que Julián García ha construido una gran comunidad de seguidores. Entre las redes y el arte, su búsqueda es una excusa para tejer redes y expresarse.

Por Juan Báez Nudelman

Julián García es un artista autopercibido posadeño, aunque su infancia tuvo un recorrido bastante largo, desde su Chaco natal pasando por distintas provincias hasta llegar a Misiones a los 7 u 8 años, según recuerda. Es diseñador gráfico y a través de Ola Dibujos, su ventana en las redes sociales, encontró un canal para expresarse de forma creativa y comunicar ideas, ocurrencias, compartir su arte y conversar con sus seguidores sobre la vida cotidiana con un estilo muy genuino, con una mirada que alimenta a su vez, todo lo que produce.

Quizá sea por eso que Julián no se siente influencer, a pesar de su cantidad de seguidores y la réplica que consigue con cada dibujo que publica, para él “la cantidad de gente que te siga no te hace necesariamente influencer, yo no siento que te pueda cambiar la forma de pensar o decirte que hagas algo y te genere una conducta real. Lo que me copa es que lo siento un canal de arte y la gente que me sigue banca cómo soy”.

En ese sentido, Ola Dibujos pasa a ser un lugar donde “no tiene los mismos filtros que tengo cuando interactúo desde su cuenta personal”. En esa distinción, entiende que se permite “compartir cosas sin contexto, las cosas que me gustan, en cambio en mis redes personales lo que subo forma parte de otro sistema de pensamientos”.

Este mecanismo tiene que ver con los mismos orígenes de su canal, que vivió un éxodo desde Facebook a Instagram y se mantiene en constante cambio: “hasta el punto de crear mi página, yo no dibujaba habitualmente. La idea era tener un espacio para comunicar mis ideas, mis pensamientos y el dibujo acompañaba eso. Después, eso fue mejorando, le empecé a dar otra importancia y empezó a fusionarse un poco más”. Es más, Julián confiesa no tener ningún dibujo guardado: “todo lo que dibujé, está en internet.”. Un factor que deja entrever su proceso creativo: “cuando me siento a dibujar es porque ya tengo una idea definida de lo que voy a hacer. No soy de ‘sentarme a ver qué sale’”.

De todas maneras, la curiosidad lo mantiene bastante inquieto en relación a esta vocación. Durante la cuarentena más estricta de la pandemia durante el año 2020, se propuso incorporar la animación a través de uno de sus referentes, Alexis Moyano, y revolucionó a sus usuarios con videos que daban vida a personajes de audios viralizados, entre ellos uno de nuestros pagos muy célebre en el que una madre reta a su hijo Juan por llegar un poco pasado de copas a su casa. También ha experimentado con la conjugación de fotografía e ilustración y pasa de las ocurrencias más oportunas por temas que son tendencia, a dejar conmovedores mensajes con una carga más poética. La coherencia en todo esto, es la constante exploración.

Hoy en día, el artista siente que la búsqueda es más atemporal: “Antes me había desafiado a mantener un ritmo que ya no lo siento de la misma forma, muchos dibujos en ese contexto dejaron de funcionar porque respondían a cosas del momento”. Uno de los puntos claves en este cambio fue su participación en el Festival DEMO, realizado recientemente en la Villa Cultural La Estación, donde tuvo la posibilidad de materializar su trabajo web en un montaje, “un espacio físico donde pude trasladar lo que hago en las redes a un encuentro directo con las personas”.

A su consideración, cuenta entre risas que “ese fue el momento en el que me sentí ‘artista’, incluso cuando volvía del festival recuerdo haberlo tuiteado”. Julián piensa que es “un poco cagón (se ríe) porque me cuesta hacerme cargo. Para mí se trata de preguntarme: ¿será que si dejo mi laburo formal, que además me encanta, voy a poder sostenerme económicamente con los cuatro o cinco proyectos en los que estoy ahora? Yo lo veo así, para mí el arte es un oficio, lo que me llena de satisfacción es que las cosas en las que estoy trabajando llegaron porque las personas que me buscan, lo hacen por lo que hago y quieren eso y no otra cosa. Para mí eso es lo más gratificante, también por lo que uno genera como persona”.

En relación a la ‘creatividad por encargo’ reconoce, sin tabúes, que es algo que le “sale fácil”. El desafío, sin embargo, se lo impone por sí mismo, ya que muchas veces “aprendo las cosas mientras las voy haciendo, soy mucho de trabajar bajo presión, que no es lo más recomendable” dice entre risas. Aún así, cuando se trata de su propio trabajo, admite que mantiene ciertos cuidados con respecto a la actualidad y los temas más sensibles: “muchas veces escribo algo y lo leo como cinco veces antes de publicar. De todas formas, tampoco es que me interesa armar líos, pero a veces elijo usar la x en todos y siempre alguien te lo va a marcar. De todas maneras, me encanta que ese mensaje les llegue. Uso mucho el twitter para medir la temperatura de las cosas”.

A través de Ola Dibujos, logró su reconocimiento de la forma más genuina, entre los guiños a la cultura pop y sus chistes teñidos de poesía, cada vez se anima más y su público responde. Todavía le es raro que alguien lo salude en la calle, pero se siente cómodo con la buena onda que recibe a cambio de su arte: “hoy siento que más allá de lo que haga, aunque deje de dibujar y me dedique a hacer otra cosa, ya adopté esta forma de pararme ante la vida”.

Así también, se ve creciendo “en comunidad”, es decir, en sintonía con otros colegas aunque se considere “un poco vago para conectar con otros, siento que es el camino, que no da para hacerla de tenista”. A su entender, Posadas tiene circuitos muy interesantes de trabajo y mucho potencial pero “estamos sujetos a financiarnos a través del estado y me parece que no debería ser la única forma de acceder a realizarnos”.

De todas formas, tanto el trabajo de sus colegas como lo que surge de sus vínculos de amistad, Julián toma y conjuga los elementos para divertir y divertirse: “también las series que veo, las películas, todo eso que sucede en la vida cotidiana explota en mí y puede salir despedido en cualquier dirección”.