Trotacalle, trotamundos, son palabras que le caben muy bien al músico nacido en Posadas que se repartió alrededor del globo con lo que más ama hacer. Ilán Amores vive de su oficio pero también de sus vínculos afectivos, los pondera cada vez que tiene una oportunidad y es con ellos con quienes elige compartir su alegría y su tristeza.
Y más allá de los grandes escenarios, de las colaboraciones increíbles que lo involucran hasta con el mismísimo Bizarrap, siempre vuelve a la tierra colorada para hacer un baño de inmersión en la humedad posadeña. Su 2023 no estuvo exento de grandes éxitos, desde compartir escenario con músicos como Pablito Lezcano o Toto Ferro a continuar viajando por Argentina y el mundo con su estilo y «cultura» como le gusta decir.
Pero en el trajín de los días, se dio cuenta de que quiere tocar para su gente en Misiones y sin embargo no trajo guitarra, no armó una fecha ni sabe dónde puede tocar. Fiel a su forma de manejarse, abrió el juego y armó una especie de casting para que se arme la banda en la Tierra sin Mal. También pidió sugerencias para que Chico Chico tenga algún techo donde sonar.