Este domingo, a partir de las 20:30 en la Asociación Japonesa de Misiones (Av. Blas Parera 3914), Tersina celebra sus tres años de existencia. Esta orquesta tiene una particularidad muy curiosa: es un grupo de músicos autoconvocados. Keiko Silvero, directora de la orquesta, impulsó este proyecto con la idea de crear un espacio diferente en la Tierra sin mal. Sobre su objetivo inicial, dijo: ““quedaba un bache entre la educación musical de las orquestas escuelas, los espacios de conservatorio y las orquestas profesionales”.
Al principio, la cantidad de integrantes fluctuó hasta encontrar un grupo estable. La particularidad de lo que Keiko llama “una orquesta profesionalizante”, es que no querían realizar piezas instrumentales “facilitadas”, sino realizarlas tal y como sus compositores las escribieron. Por otro lado, estaba la intención de profundizar en un repertorio de música latinoamericana, así como compositores de Misiones, como es el caso de Valeria Romero.
“En estos tres años pasó de todo: nos fue bien, nos fue mal, nos peleamos, nos amigamos, no tuvimos plata, después sí, simplemente porque empezamos a trabajar más en pos del proyecto”, contó con humor la directora. En lo personal, para Silvero fue una experiencia desafiante pero de mucho crecimiento.
“Ahora veo a Tersina cada vez más autónoma, siento que voy a tener que poner menos de mí y que cada uno ya sabe que cumple un doble rol, no solamente tocamos sino que cubrimos la parte de secretaría, de arreglos, entre otras cosas”, reveló sobre esta nueva etapa. En ese sentido, destacó que el grupo siempre entendió la importancia de contar con ese “doble rol” que mencionó, algo que permite el hecho de formar parte de un espacio independiente.
El objetivo, para Keiko Silvero, es continuar llevando la música a “espacios inesperados”, desde auditorios a teatros, iglesias, universidades y hospitales. Por otro lado, valora poder observar de primera mano el crecimiento personal y profesional de todas las personas que se integraron y que hoy son parte crucial para el sostén del proyecto.
Las voces de los protagonistas de esta gran historia
Uno de los jóvenes que creció allí es Marcos Méndez, un trombonista de 14 años que ingresó por recomendación de un profesor particular de música. Marcos considera que “más que una orquesta somos una familia” y dijo sentirse “muy cómodo” en el grupo. “Sentí que progrese muchísimo y tiene de especial el tipo de obras que tocamos la dificultad y sobre todo cómo se ayudan entre todos para tener la mejor experiencia posible”, resaltó el joven músico.
En el caso de Itatí, de 22 años, se unió a Tersina para tocar la flauta traversa porque quiso continuar su camino musical luego de estudiar sus estudios. “Me encanta porque cada ensayo aprendo cosas nuevas, cosas que no pude poner en práctica en la Escuela de Música”, comentó. Pero además, hubo otros aprendizajes importantes como organizar su lectura de partituras, trabajar en equipo, gestionar los ensayos, entre otras cosas. “Trabajando en grupo se pueden lograr cosas maravillosas”, enfatizó.
Juan Ávila, por su parte, contó que es el chelista de Tersina y está desde el primer concierto que hicieron. “Es un grupo diferente a los que hay en la provincia porque si bien, existen las orquestas escuelas, cuando uno termina la formación académica no hay un espacio donde hacer música orquestal”, reflexionó. “Yo me considero un no músico, que de pronto trabajo de otra cosa y me considero más un melómano, por eso Tersina me parece una propuesta interesante, es un lugar para desarrollarse como persona”, agregó.
En ese sentido, todos los testimonios de este tercer aniversario coinciden es que la búsqueda tiene que ver con fortalecer el grupo humano. “Parte de esa excelencia es que yo me conozca con el otro”, expresó Ávila al respecto. También hubo aquellos que conocieron el proyecto desde el público y quisieron sumarse, como Belén, que toca la viola y hoy es parte. “Me gusta porque es un espacio que ofrece todas las herramientas para el progreso musical”, destacó.
Para Belén, hay algo que los destaca constantemente y es la búsqueda de una identidad propia. Así como fusionaron su universo con otras disciplinas artísticas como la danza, imagina nuevas colaboraciones y propuestas. “Me siento muy a gusto y creo que avancé mucho a nivel individual porque hay una consigna de dar lo mejor de uno”, manifestó. Camila, otra de las participantes, sumó que la búsqueda en repertorio es “auténtica” y refleja la diversidad del mismo elenco.
“Trabajamos el sonido, la calidad, creo que Tersina va a seguir teniendo un gran repertorio y espero que cada vez se sumen más músicos y no músicos que quieran colaborar con el proyecto”, concluyó la joven.