Si bien el teatro es un hecho colectivo que involucra a directores, productores y técnicos además de los artistas en escena, Cómo criar monstruos marinos es una idea que surgió de la experiencia personal de Silvana Gregori. Además de ser la directora general del proyecto, fue su deseo de combinar diferentes pasiones personales en esta empresa artística que llega al Centro Cultural Vicente Cidade con su segunda función.
Pero antes de hablar sobre la obra en sí, cabe preguntarse qué es una conferencia performática, este curioso formato en el que se desenvuelve la dramaturgia. Silvana nos contó que su primer contacto lo tuvo a través de Juan Onofri, un bailarín contemporáneo que conoció en el Festival Flowrescente, que tomó dicha estructura para poner en escena ciertas problemáticas de la danza contemporánea, sin abandonar la centralidad del hecho artístico.
Esta nueva mirada, para la directora significó un disparador interesante: “me hizo pensar cómo sería eso desde el diálogo de la danza con el teatro, qué pasaría ahí. Me parecía interesante la disposición del cuerpo a la hora de expresar una idea, de charlar con un público, de exponer cómo se puede trabajar ese cuerpo que está exponiendo una idea, un pensamiento, una reflexión, con herramientas de la danza para poder ir perforando, rompiendo, extrañando ese formato”.
Esto devino en un inevitable proceso de experimentación, un laboratorio necesario para que, una vez definido el texto filosófico a tratar, los aportes de construcción dramática pudieran poner todos estos elementos en juego. “Cómo el cuerpo podría afectar el texto” y viceversa fue la premisa para que se genere ese diálogo “con dos cuerpos que a la vez se expresan con códigos distintos, el teatro por un lado y la danza por el otro” explica Gregori.

Ahora bien, también hay que tener en cuenta el discurso filosófico, que no es una excusa dentro de esta obra, más bien responde a una inquietud constante de la autora por abordar diversos temas que la atraviesan desde pequeña. “Yo siempre tuve la intención de mezclar, porque tengo una inclinación a consumir estas charlas de filosofía que circulan por espacios por ahí no tan académicos: comunidades virtuales, charlas de filosofía a la gorra, bares, en centros culturales”.
Para Silvana, que además lleva en su ADN un componente de conciencia política y social, “es como poner en circulación el pensamiento por fuera de ese dogmatismo academicista que no creo que esté mal, pero creo que también hay otras maneras de consumir y hacer filosofía. Entonces de ahí también viene la primera pregunta que yo me había hecho, ¿la filosofía dónde? ¿Dónde? ¿Con quiénes?”. A su criterio, el mismo hecho de que esta conversación filosófica suceda en un teatro, es “una perfo en sí”.
La obra cuenta además con la musicalización de Leo Rojas y la dirección artística de Lucas Pérez Campos, junto a la interpretación de Belén Maldonado como conferencista. Participan en arte y vestuario Victoria Benítez, Mar Irala en fotografía y diseño; y completa el equipo Chicho Syniuk junto al realizador Gastón López. Para más información, podés visitar sus redes sociales: @monstruomarino.obra