Fabio Toñanez y su increíble subasta benéfica

Lejos del glamour pero sin perder la elegancia, el diseñador misionero se puso al servicio de una gran causa: ayudar a la fundación Huellas de Género en la lucha contra la violencia hacia las mujeres. El detrás de escena y su mirada sobre la industria de la moda.

En la cálida noche del martes, Alegrarte se vistió de gala para recibir un evento sin antecedentes en la Tierra sin mal. Con un despliegue de tecnología, elegancia y alta costura, se llevó a cabo la subasta benéfica para la fundación Huellas de Género a cargo de Fabio Toñanez, el diseñador misionero que triunfó a nivel internacional.

A través de su marca Ibraina, busca que la moda no sea solamente un medio de expresión, sino una herramienta con la que poder ayudar a transformar la realidad. En la previa a que iniciara la subasta, sus expectativas estaban lejos del foco en el glamour, sino en interpelar a los participantes por la causa que está detrás de esta “excusa” que es la presentación de estos vestidos.

De todos modos, cabe destacar el nivel de confección que se ha presentado porque no es menor. Detalles en plumas, gamuza, hilos de seda y toda una diversidad de materiales se presentaron en un homenaje a referencias estéticas de 1920, pero consecuentes a tendencias actuales que reinterpretan esa nostalgia y que traen algo fresco, ideal para la temperatura misionera.

Aún así, Fabio enfatizó en la diferencia: “no vinieron a comprar vestidos, vienen a ser generosas”. También entiende que se trata de un evento que apunta a un ‘target’ de personas que pueden subastar una prenda de 200 mil pesos, pero el objetivo es apoyar a la causa de Huellas de Género. “Es generar la experiencia, tanto para la que se va con su vestido pero también para la cantidad de vidas que estamos cambiando con esa acción” conceptualizó.

Por otra parte, respecto de sus planes a futuro, contó que están trabajando para desarrollar en Misiones un polo de producción. Uno de sus colaboradores es el proyecto SEDAMI, totalmente disruptivo, que comenzó a crear sus propias sedas en Eldorado, cosechando y criando sus propios gusanos. Así, la industria de la moda se compone de una cantidad inmensa de trabajadores, entre fotógrafos, estilistas, maquilladores, y para Fabio debe haber una “organización horizontal” que contemple el avance de todos los sectores.