Valentín Vera y Nico Voutrinas y su periplo en la Tierra sin mal

Juntan más de 10 millones de seguidores en las redes sociales pero no se comen el cuento. Estos chicos utilizan su llegada para conocer diferentes realidades a lo largo del país, con gestos solidarios que dan cuenta de las realidades que atravesamos los argentinos. ¿Cómo fue conocer la provincia para estos dos gigantes de Tiktok?

Por Juan Báez Nudelman

En principio, Misiones representaba un misterio para estos creadores de contenido. En su juventud, no habían tenido la oportunidad de venir y las expectativas eran inciertas. Su primer viaje fuera de los márgenes del gran Buenos Aires, fue a la provincia de Jujuy. “Nosotros teníamos una visión de lo que era Tilcara, Purmamarca, Humahuaca, pero de Posadas no sabíamos nada” admitió Valentín Vera.

Así, la sorpresa fue mayor para ambos, que se asombraron con las locaciones de la capital misionera, desde la costanera con el monumento de “Andresito” hasta Nemesio Parma. También se mostraron conmovidos con la calidez que caracteriza a las personas del litoral. “Hicimos un video donde entramos a las casas de la gente, la verdad que estamos muy contentos con Posadas” expresó el influencer de Puerto Madryn.

Para Vera, que nació en la provincia de Chubut, se trata de una fraternidad diferente. Para él, existe un paralelismo entre las provincias del norte con el resto de Latinoamérica. “Es muy distinto al sur, la gente es más reservada y quiero creer que es el clima” expresó. Valentín ya hacía videos desde su adolescencia, pero en su contexto y siendo algo tan nuevo, no lo entendían. Bajo la máxima de que “uno no es profeta en su propia tierra”, fue a buscar su destino en Buenos Aires.

Allí fue donde conoció a Nicolás Voutrinas, quien ya venía haciendo contenidos desde los 15 años. Nacido y criado en el barrio de Palermo, su historia es diferente a la de Valentín. En su caso, cuenta: “siempre me gustó estar delante de una cámara”. Al principio los videos los hacía y editaba desde su casa, pero sus seguidores empezaron a pedirle que salga a la calle y así fue. Para Nicolás, no hay nada más importante que la devolución de la gente y aprendió a detectar lo que desean ver.

Así fue que se dio la unión entre ambos, más allá de las diferencias de edad, a raíz de compartir el mismo oficio. “Nos conocimos grabando videos en el shopping de Abasto” relata Valentín, que desde entonces, cuenta, se han vuelto una dupla inseparable. Así también potenciaron su crecimiento, lo que les permitió salir de la capital para empezar a recorrer el país y llegar hasta aquí.

Ambos admiten que la dificultad está en poder mostrar a través de un sólo minuto, todo lo que sucede en sus interacciones con las personas. Nicolás contó que apenas llegados, fueron a visitar Nemesio Parma y no grabó ningún video. En cambio, conoció a la gente, compartió unas tortas fritas y hasta se animó a hacer ladrillos con una familia de oleros. “La gente valora más lo suyo, valoran más que vos compartas un momento con ellos” contó.

Contrario a lo que uno podría pensar de dos chicos que juntan más de 10 millones de seguidores en sus redes, ellos sostienen que no se trata sólo de hacer videos. Las experiencias que viven “son parte de la vida misma”, cuenta Nicolás, y Valentín lo acompaña en ese sentir. Así también, no consideran que hayan llegado a un techo, o que la llegada que tienen no pueda ser mayor. Si tuvieran la oportunidad de llevarlo mucho más allá, ambos coinciden en que quisieran su contenido en una plataforma como Netflix, por ejemplo.

La cámara, explica, muchas veces inhibe a las personas que no tienen la experiencia de grabarse. En esos momentos, cuentan, hay situaciones espontáneas que quisieran ver reflejadas en sus contenidos. A veces sucede y la magia ocurre, los resultados están a la vista. Para Nico y Valentín, el éxito es poder hacer lo que te gusta y vivir de eso. En palabras de Vera: “levantarte todos los días y decir: ‘voy a hacer lo que me gusta’. No tener que hacer algo por obligación”.