En el marco del Día del Fotógrafo, el ciclo “Un día perfecto”, que se emite los sábados y es conducido por Ale Ojeda y Ariana Cáceres, recibió a Sixto Fariña, maestro de la imagen y referente indiscutido en la región. Con más de 50 años de trayectoria, Fariña repasó sus inicios y el camino que lo llevó a convertir la cámara en “una extensión de su cuerpo”. “Mi comienzo era el deseo de trabajar. Tenía 13 años cuando entré como cadete en Foto Jacquet. A los 15 ya hacía fotos en mi barrio y me llevaba mi camarita a la cancha. Así empecé, hasta que se transformó en toda una vida”, recordó.
El fotógrafo destacó cómo cambió la relación de la sociedad con la imagen: “Antes una foto era un acontecimiento, hoy hay una sobresaturación. Sin embargo, yo me siento feliz de haber acompañado generaciones enteras. A veces me dicen: ‘Usted me sacó los 15, después el casamiento’, y eso me llena de emoción”. Además, compartió el paso clave de su carrera: “En 1995 me incorporé a la fotografía de prensa. Descubrí que el reportero gráfico busca el momento, la expresión, lo que transmite la noticia. Eso me apasionó”.
Consultado sobre sus preferencias, Fariña confesó: “Me siento más cómodo en lo social, porque la alegría contagia. Pero también disfruto de la foto política, porque uno tiene que encontrar la expresión justa que acompañe el mensaje del periodista. Esa búsqueda es un desafío que me gusta”. Fiel a su optimismo, agregó: “La actitud es fundamental en cualquier oficio. Siempre trato de trabajar con una sonrisa, porque mientras hay salud, hay esperanza”.
Finalmente, se refirió a los cambios tecnológicos y saludó a sus colegas en su día: “Al principio dudaba de lo digital, pero cambió todo, facilitó mucho nuestro trabajo. Quiero aprovechar para saludar a todos los fotógrafos y agradecerles por acordarse de mí. Soy solo un trabajador que ama lo que hace”. Una entrevista cargada de historia, sensibilidad y gratitud, que dejó en claro por qué Sixto Fariña es un nombre propio en la memoria visual de Misiones.