Por Juan Báez Nudelman
Estamos ante un escenario propicio para que la movida gastronómica crezca y por suerte sucede. Más allá de los clásicos bares y restaurantes de la ciudad, hoy podemos ir a por una interesante variedad de opciones: desde franquicias hace poco instaladas, hasta una diversidad interesante de productores locales cerveceros. Aunque claro, con un público que se acostumbró a la novedad, hace falta sacar diferencias para mantenerse al frente.
Y resulta que hace unos pocos meses abrió Salvaje, un bar speakeasy que supo interpretar a la perfección el concepto urbano de Posadas. Ubicado sobre calle Jujuy entre Sarmiento y Santa Fe y lejos de los clichés sobre el monte verde guaraní, este espacio se presenta como un homenaje a la cultura pop alternativa y volátil con referencias a los años 80 en Argentina. Su fachada de casona abandonada, patrimonio de otros tiempos, esconde detrás un refugio chic para degustar tragos de autor y cocina de mercado rodeado de arte y un ambiente relajado.
Está claro que esta propuesta tan clara no ha sido producto de un brainstorming espontáneo o de la mera copia de lo que pasa en Palermo, Buenos Aires. Este espacio fue pensado estratégicamente por Matias Espindola, Luciano Valentini y Adolfo González Carraffa, un grupo de amigos que unieron sus fuerzas para sacar adelante este proyecto.
Adolfo, que también se dedica al negocio inmobiliario, contó a TSM que “a la casona la teníamos entre ceja y ceja, porque queríamos un lugar distinto para hacer algo distinto. Salvaje para mí es un 50 por ciento la locación, está cargada de historia y nosotros quisimos mantener ese relato intacto”. Según González Carraffa, “la gente está muy acostumbrada al estilo de la costanera, que todo esté muy a la vista y nosotros quisimos que tengas que entrar para encontrarte con nuestro concepto. Que sólo lo puedas experimentar una vez que pasás la puerta y estás adentro”.
Con ese mismo sentido, aseguró que fueron confeccionados los tragos que se diseñaron para la carta. Al respecto, contó que tuvieron el asesoramiento de Federico Cuco, un referente absoluto en materia de coctelería, que según Adolfo “fue una experiencia invaluable que nos formó y nos aportó un montón. Somos conscientes de esta tendencia que surgió en todo el país, lo que quisimos es traer un poco de todo eso y darle nuestra impronta”.
Para esto, cabe destacar las colaboraciones de los artistas plásticos Matías Rivas y Patricio Diblasi que aportaron piezas visuales únicas para el espacio. Más allá de las obras, cada salón posee una iluminación sumamente cuidada, con luces de neón y elementos decorativos muy prolijos. Nada escapa de la lógica de su pequeño universo creado, y la frutilla del postre es sin dudas su vitral colorido que da lugar a un hermoso y cálido patio. Los detalles invitan a mantenerse en movimiento y recorrer el sitio como una galería de arte.
“Nosotros vemos que hay muchos lugares, pero sentimos que el contenido es fundamental para definir una estética, una forma de comunicar, la música que escuchamos en el bar y todo lo que estimula la experiencia. Nosotros trabajamos particularmente en eso” expresó Adolfo González Carraffa y cerró: “para nosotros Salvaje es disruptivo, es liberación, un lugar pensado para conocer gente y encontrarse con amigos”.|