Este otoño no se anduvo con rodeos y decidió hacerse sentir con toda su frescura en la capital misionera. Las temperaturas bajaron, los abrigos salieron del fondo del placard y, como no podía ser de otra manera, los posadeños no tardaron en dar su veredicto… entre risas y algún que otro matecito para pasar el mal trago helado.
En un recorrido callejero bien al estilo “reportero valiente bajo cero”, las cámaras captaron opiniones de todo tipo. Una señora bien abrigada no dudó en decir con tono serio pero divertido: “¡Esto ya es mucho! El frío en Posadas no es así, ¿qué está pasando?”. Mientras tanto, otro vecino aseguró que él lo sobrelleva “con mate y buena onda… y un poquito de sol si aparece”.
Hubo quien, sin perder el humor, dijo que prefiere esto al calor del verano: “Al menos ahora no transpirás solo por parpadear”. Claro, otros se mantenían firmes con sus bufandas hasta la nariz, dejando en claro que el frío misionero —aunque no llegue a los extremos patagónicos— se siente y mucho, sobre todo cuando uno no está tan acostumbrado.
Eso sí, todos coincidieron en una cosa: mientras haya buena compañía y un termo cargado, el frío en Posadas se pasa como se pueda… ¡pero se pasa!
