Hace un tiempo, Facundo Vicente vivía en Tunuyán, su pueblo natal ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Mendoza. Según cuenta, “todas las personas que viven en Mendoza de alguna forma están ligadas a la industria del vino”.
Él estudió administración y trabajó en bodegas, en la instalación de sistemas de riego para los rosedales que se plantan junto a los viñedos y hasta se jugó por abrir su propio restaurante. Hoy vive en Posadas, tiene dos sucursales de su vinoteca Pinot y ha tendido un puente entre ambas provincias para traer una selección de vinos única en la ciudad, con etiquetas de autor y con un rango de precios realmente muy accesibles y diversos.
Se trata de una “serie de grandes coincidencias”, dice Facundo, quien se considera una persona muy afortunada. Conoció a su compañera de vida en un viaje que hizo con sus amigos a Colombia, donde se enamoraron y decidieron continuar su relación a la distancia. Un año después, las ganas de estar juntos los hizo ir a más y como nunca se hubiera imaginado antes, eligió Posadas. Al principio, pudo trabajar en el negocio familiar de su pareja: “ellos son heladeros y comencé dándoles una mano en la gestión y el control de las heladerías, y de a poco, en paralelo, empecé un negocio con mi auto, gracias a algunos contactos que tenía, vendía unas pocas cajas de vinos entre amigos y conocidos”.
“A veces, cuando las cosas te llegan como una señal, no las podés dejar pasar” asegura. Así fue que encontró su primer local, ubicado sobre calle Santa Fe, muy cerca de donde vive. Ese pequeño rincón entre 3 de Febrero y 25 de mayo, resultó ideal para tener una primera vidriera de lo que tenía en mente para su negocio. “Tenía una habitación detrás donde imaginé hacer degustaciones, además de un depósito y me encantó, luego resultó ser de alguien conocido y en unas horas cerramos el contrato de lo que hoy sigue siendo ese primer local de Pinot” recuerda con emoción.
A partir de allí, los tiempos se aceleraron: había que montar el local y darle un nombre. Junto a su pareja que se dedica al diseño, buscaron una identidad simple que tuviera pregnancia y apareció esta cepa tan apreciada por Facundo, el pinot noir. La propuesta era acercar nuevas cepas, salir del apego al malbec y acercar vinos de autor a los clientes.
“Fue un proceso largo, al principio cuando entraban y no encontraban vinos conocidos se daban la vuelta, pero nosotros quisimos insistir en ofrecer algo totalmente nuevo a la gente” expresó quien supo tener la paciencia necesaria para elaborar su concepto y convencer a su público de la sorpresa y lo desconocido.
“Hoy me doy cuenta de que muchos nos recomiendan: ese vino no lo tengo, pero quizá lo encontrás en Pinot” cuenta con orgullo. “Fue un desafío poder mostrar el misterio detrás del vino, nosotros tenemos 500 etiquetas y de cada una hay muchos varietales como para poder ofrecer algo nuevo siempre”, afirma y agrega que para eso fue muy necesario hacer foco en la atención al público.
“Lo que nosotros vendemos no es un producto de primera necesidad y la persona que viene a comprar un vino quiere pasar un momento distendido, una situación especial, y si nosotros lo atendemos mal podemos empeorar su día. Por eso nos tomamos el tiempo, porque los vinos son infinitos para cada ocasión y nosotros queremos indagar en lo que busca cada uno” afirma con orgullo.
En la actualidad, confluyen diferentes tipos de público a la búsqueda de nuevos sabores en el paladar y según Facundo, “se trata de gustos muy diferentes, algunos se sienten más cómodos en nuestra sucursal de Santa Fe y otros prefieren venir al local de la Av. Roca”. Cabe destacar que este otra sucursal, ubicada en la esquina de Sargento Cabral, a una cuadra de la Costanera, tiene una oferta de tragos de autor muy interesante, donde los viernes y sábados suele haber opciones de comida a la parrilla, Dj’s y la posibilidad de elegir cualquier vino del local y tomarlo allí mismo. “Este crecimiento se ha dado naturalmente, con mucho trabajo, yo me considero un afortunado de poder hacer esto en equipo” explica Facundo.
Sobre su vino especial o la opción predilecta para sus clientes, Facundo ofrece la “posibilidad de probar algo nuevo siempre” y prefiere decir que “hay muchos vinos que le gustan profundamente y espero que los que vienen, se lleven algo distinto cada vez”. Sobre cómo se ve creciendo, anticipó que tiene una nueva propuesta entre manos, pero que vive el día a día: “es difícil proyectar en Argentina, pero creo que se va a ir dando, queremos hacer algo parecido a lo que venimos haciendo pero con otra impronta”. Sea como sea, la calidad del vino estará garantizada.