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Milva Carlino te cuenta la posta de las elecciones

Desde Tierra sin Mal nos dimos el lujo de charlar con una gran analista política sobre el escenario actual frente a las elecciones que se celebran este domingo 7 de mayo. Una mirada de referencia que ayuda a reflexionar.

Este domingo volvemos a celebrar una vez más nuestro derecho al voto, algo que parece simple y sin embargo, ha costado y muchísimo. Y el contexto democrático de nuestra provincia tiene varias diferencias con lo que sucede en el país. Desde ese lugar y teniendo en cuenta lo que viene, la politóloga y docente universitaria Milva Carlino nos ayuda a pensar el escenario político actual.

“¿Qué mapa tenemos? Tenemos un oficialismo muy bien valorado, en general, por la sociedad misionera, esto en base a los estudios de opinión pública que venimos haciendo, cuantitativos y cualitativos” cuenta la especialista y aclara que esto incluye “no solamente la encuesta, que es como la foto, que nos permite ver cuánto valoran a la gestión del actual gobernador, cuánto valoran al intendente de su localidad sino también entender por qué lo valoran así”.

Es que a 20 años de cumplirse la continuidad de este proceso de gobierno, los estudios lanzan señales muy positivas para el espacio político de la Renovación. Es interesante detenerse antes, para comprender esto, cómo es posible abordarlo: “desde las motivaciones, las percepciones o la construcción de esas percepciones que hacen que esas valoraciones se construyan” explica Milva.

En concreto, dice que existe una percepción de “gobierno provincial que tiene resueltas cuestiones económicas, de acceso a la salud, desarrollo vial, de conectividad, que están como áreas están muy bien valoradas, inclusive el desarrollo turístico, luego la pandemia” y que estos elementos han configurado un apoyo a la gestión. Y más allá de que tiene matices, ya que “no todo lo que es materia de salud se valora por igual”, admite que “en su conjunto hay una valoración muy alta, estamos hablando de arriba del 70%”.

Esto ha promovido también un fenómeno particular, una especie de “disociación” como así lo sugiere Carlino, en relación a las sensaciones que provocan estas elecciones en relación a las nacionales. Al tratarse de un formato diferido con las del país, aquí las decisiones, según explica, tienen que ver con “la cercanía y con los problemas cotidianos de nuestro territorio». No obstante, añade que “cuando empezamos a pensar en qué pasa con la competencia a nivel nacional, ahí sí te diría que empiezan a hacerse más fuertes estas sensaciones de divorcio, si se quiere, de distancia entre la ciudadanía y la clase política”.

¿Cómo entra la oposición en esta dinámica? Si bien hay figuras emergentes como Pablo Velázquez, Santi Kock y Pablo Argañaraz, lo cierto es que “el escenario que ya está muy claro a favor del oficialismo”, explica Milva. Y lo particular aquí tiene que ver con las reglas en las que funciona el método electoral: “más allá de que hay un liderazgo muy centralizado, muy fuerte, a partir de la cual se toman las decisiones estratégicas (…) hay grupos o facciones si se quiere, con intereses diversos, que entran en un proceso de competencia en lo que es el sistema de la ley de lemas”. Otra de las particularidades que ha tenido el oficialismo en estas dos décadas de proceso gubernamental, es el cambio de imagen en relación a las percepciones de corrupción. Carlino considera que se debe a que “al principio no había un cabal conocimiento de hacia dónde estaban orientadas las decisiones” pero que hubo una “serie de medidas en materia de innovación y tecnología, por decir un ejemplo, que fueron generando una valoración alta” y también añade que “la cuestión de la corrupción pasó a estar entre las primeras demandas, a estar hoy en el puesto 14/15 dentro de toda una serie de otros problemas que aparecen”. Sobre esto, concluye, a diferencia de lo que sucede a nivel nacional, “cuando hay una mayor estima de la gestión también aparece una mayor tolerancia a esta clase de situaciones”.