Los oportunistas del voto

De cara al 2023 todo vale, al menos ese parece ser el lema de la desgastada oposición misionera para conseguir votos. El cachetazo electoral en la Facultad de Ciencias Económicas fue un nockout para las aspiraciones del año entrante.

Según el diccionario de la Real Academia Española un oportunista es alguien “Que se acomoda a las circunstancias para obtener provecho, subordinando, incluso, sus propios principios”

El periodista del portal catalán El Periódico Juan José López Burniol trazó el “breve perfil del oportunista”, que no son más de cinco deliciosos párrafos destinados a describir a este tipo de ejemplar humano, que se puede encontrar en todos los ámbitos de la sociedad.  

Entre otras cosas, López Burniol afirma que “el oportunista no está dotado, en principio, de ninguna gran cualidad. No suele ser ni muy inteligente ni muy trabajador ni muy valeroso. No acostumbra a poseer una gran cultura. Y tampoco destaca por su generosidad, su capacidad de sacrificio o su espíritu de entrega a los demás”…suficiente.

Esta semana estuvo marcada por un hecho lamentable. La represión policial a una protesta de trabajadores de la Municipalidad de Posadas, que reclamaban mejores condiciones laborales luego de haber sufrido la muerte de un compañero de trabajo mientras desarrollaba su tarea de recolección de residuos.

En esa triste tarde/noche del miércoles en el medio del caos, fueron los propios enardecidos trabajadores municipales quienes vieron la maniobra oportunista de un diputado provincial y varios concejales capitalinos de Juntos por el Cambio y también decidieron actuar, pidiéndoles que se retiren para no agitar más las aguas.

Este tipo de actitudes no son nuevas y dejan a las claras la creciente decadencia de la oposición misionera. Es más de lo que muestran a través de sus redes sociales, donde maman en ejemplo nacional, en el que se muestran unidos, únicamente para la foto. A eso llaman “arte del engaño”.  

Lo del miércoles por la noche dejó en claro que nadie les cree, que es una movida para posicionarse de cara al 2023, utilizando el dolor de un trabajador que no solo está en malas condiciones laborales, sino que también está siendo reprimido.  Una obscenidad, un abuso a la confianza de la gente, una falta de moral y de honestidad política.

La feroz interna de Juntos por el Cambio tiene alrededor de ocho candidatos que se atacan permanentemente por lo bajo. En los últimos días, la derrota del centenario partido en la Facultad de Ciencias Económicas fue dura en partida doble: desde lo ideológico y lógicamente desde lo político.

Fue a su vez, un claro ensayo de cercanía y coincidencias del modelo provincial con los jóvenes más formados y preparados para el futuro, sin dejar de analizar que se opaca el horizonte electoral de los radicales de Juntos por el Cambio, quienes a través de la Franja Morada históricamente conducían los destinos de esa Facultad.

El desgranamiento de la oposición misionera se viene agudizando semana a semana desde la Nación hacia las provincias, con las permanentes peleas entre los principales dirigentes, preocupados por sus cargos, pero a la vez, alejados de la agenda diaria de los argentinos.

De cara al 2023, Juntos por el Cambio es un frente sin rumbo en Misiones. En la Tierra sin Mal sus principales exponentes hacen una especie de “militancia gastronómica”. Desde su visión de la política, esa es la construcción que le ofrecen al misionero.

La gente, después del desastre macrista, tiene las antenas más alertas y no cae en el arte del engaño y el marketing, porque quedó claro que no hay proyecto, no hay trabajo, no hay compromiso, no hay cercanía con la gente, es todo un engaño y la gente se cansó de los engaños y de los oportunistas. ||