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Leandro Horrisberger, de abogado a curioso trotamundos

Es imposible ubicar en un sólo lugar al panelista de Dólar Blue porque es difícil verlo quieto por mucho tiempo. Estudió en España y también en Harvard, en Estados Unidos, pero la tierra colorada ha sido más fuerte y él eligió volver para ver cómo crece desde cerca.

Una hora y apenas un sólo café no bastan para tratar de condensar y dar a entender del todo qué hace Leandro Horrisberger. No es que tenga una profesión extraña como Chandler Bing y sus amigos sean incapaces de comprender, más bien está en demasiados frentes a la vez. Extrañamente, le va muy bien y ahora sumó una mancha más al tigre: participar de un streaming.

Más precisamente el de Dólar Blue, el programa político de la Casa del Streaming donde se presentó como panelista y ya cruzó palabras con invitados como Juan Grabois, Miguel Boggiano, Pollo Sobrero, entre otros. En una mesa de posturas muy diferentes, él ocupa un lugar “de centro” que él entiende, tiene que ver con haber nacido en el umbral de dos generaciones diferentes: millennials y gen z.

Justo en el medio, cree en el esfuerzo del trabajo y a la vez entiende cómo la mirada sobre eso fue cambiando estos últimos tiempos. Estudió genética pero luego cambió a Derecho y a partir de allí, mantuvo un ritmo de locos entre el estudio, sus empresas y hasta su pasión por el rugby. “Salía a todos lados con los apuntes, mis amigos creían que estaba loco” cuenta a TSM con humor sobre esas épocas.

Entre la inquietud y el cambio, el esfuerzo sostenido

Con ese ritmo, por supuesto que terminó muy joven, y sus buenas notas le permitieron obtener media beca en la Universidad de La Rioja, España para hacer una formación como MBA (Maestría en Dirección de Empresas). Con apenas 26 años, compartía una formación junto a colegas de más de 30. Aprendió sobre economía, gestión de grupos, posicionamiento empresarial, inteligencia emocional y muchas herramientas que le sirvieron para dedicarse a la asesoría de empresas.

Además, eso le brindó la posibilidad de hacer una serie de certificaciones en Harvard, mientras trabajaba en Estados Unidos. Su orgullo no fue solamente poder llegar a eso y tener un buen rendimiento, él reivindica haberlo hecho por sí mismo y gracias a su esfuerzo, su propio trabajo. Su costado político, podría decirse, y su otro costado sensible se conjugaron en la necesidad de volver a Misiones para volcar su experiencia.

“Yo siempre les digo a mis amigos que no volví a Argentina, que volví a Misiones” destaca por la diferencia reconoce en esta región particular del país. Para él, el fenómeno de la quinta revolución industrial, la de la economía del conocimiento, está siendo bien interpretado en nuestra provincia. Esto lo llevó a querer ser parte del nuevo futuro que se está construyendo aquí, en la Tierra sin mal.

Además, está posibilidad de seguir reinventándose, ahora dentro de un espacio de comunicación en el que tiene debates muy interesantes sobre la política y la realidad actual. Agustín Paredes, su compañero libertario, aprovecha para consultar con él algunos datos que tienen que ver con lo financiero y él disfruta de compartir lo que sabe, para encontrar nuevas ideas entre todos.

Por otra parte, hasta Mica puede sorprenderse encontrando puntos en común. Él es consciente de la importancia de mantenerse en movimiento, siempre disponible para los cambios que traiga cada nueva etapa de su vida.