¿Es posible un apagón cultural?

Una importante cantidad de organizaciones culturales se movilizaron a la Plaza 9 de Julio de la capital misionera con la urgencia de dar resolución al conflicto de las asignaciones específicas. Sin un presupuesto establecido, los trabajadores de la cultura podrían recibir un golpe de gracia en diciembre de este año.

Todo comenzó cuando en diciembre de 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri, el Congreso votó la modificación de los impuestos destinados a sostener las industrias culturales fijando como fecha de caducidad el 31 de diciembre de este año. A partir de entonces, muchos institutos como el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales), el INAMU (Instituto Nacional de la Música), el INT (Instituto Nacional del Teatro) las Bibliotecas Populares del programa CONABIP o las radios y medios de comunicación comunitaria a través de la ENACOM, dejarían de recibir ingresos tributarios directos para su financiamiento.

Esta situación ha llegado a la actualidad, donde para el sector es cada vez más urgente que se logre una inmediata prórroga del tiempo establecido durante el 2017. Ya en sus declaraciones sobre el cierre de Oberá en Cortos, el Secretario de Cultura de la provincia Joselo Schuap había manifestado que “eran los últimos minutos del partido y lo estamos perdiendo”.

Desde su lugar, también había expresado que si para el martes 18 de octubre no había respuestas desde Buenos Aires, se llevaría adelante una movilización y así fue. Desde las primeras horas del lunes comenzó a circular por las redes una convocatoria de emergencia para que los sectores involucrados se manifestaran en la Plaza 9 de Julio.

La respuesta fue inmediata y una gran cantidad de personas se reunieron en torno a intervenciones artísticas y carteles con diversas consignas. En ese marco, Schuap volvió a repetir que la decisión estaba en manos de algunos legisladores nacionales y que dependían de sus posturas. En ese contexto, señaló particularmente a los legisladores misioneros de Juntos por el Cambio que anteriormente han votado en contra y que podrían continuar con los lineamientos trazados a nivel nacional por el partido que representan. Más allá del reclamo en particular, el músico popular instó a los representantes de la Nación a que “no voten en contra de la cultura de la patria”.

Pero más allá de las decisiones a gran escala, muchos proyectos pueden perder en día a día grandes sostenes para su funcionamiento. Consultada al respecto, la directora artística del Grupo de Teatro Comunitario Murga de la Estación Sara Motta, explicó que el grupo que dirige es un “Centro Cultural de gestión comunitaria” y si no reciben los subsidios que ayudan a sostener las actividades y el espacio, “se cae una gran parte del aporte” al proyecto, que no puede depender únicamente de los ingresos que genera a través de la comunidad. Sin las asignaciones, se podría perder la gratuidad de una amplia oferta de actividades culturales, manifestó Sara.

En esa misma línea, la Directora de la Biblioteca Popular Posadas Laura Abián, expresó que desde su espacio ven “con mucha preocupación” la situación actual ya que esta partida presupuestaria significa una forma de mediación entre el estado y los trabajadores de la cultura. “Al desfinanciar, nosotros dejaríamos de recibir subsidios de ningún tipo. Los subsidios con los que contamos actualmente son para gastos corrientes, que tiene que ver con el funcionamiento básico de cualquier institución que realice atención al público, por ejemplo” aclaró. Pero eso no es todo, dentro de las asignaciones específicas también se involucran proyectos de fomento a la lectura o la adquisición de materiales nuevos para la biblioteca.

Más allá del caso particular de la Biblioteca Popular Posadas, donde las cuotas son accesibles para lograr más inclusión y las actividades propuestas suelen ser gratuitas, existe otra realidad en el interior de la provincia donde las mismas comisiones directivas son las que se encargan de otras tareas. En ese sentido, sumado a las dificultades actuales que no son pocas, la quita de subsidios sería un “golpe de gracia” para estos proyectos comunitarios. En relación a eso, Abián manifiesta que “la cultura no puede ser relegada y es una buena oportunidad para hablar en serio de lo que tiene que ver con las políticas públicas de cultura, en el sentido de que no sirve prorrogar a 50 años porque le estamos tirando la pelota a las generaciones futuras”.