Si hablamos de poesía en la ciudad de Posadas, es probable que surja de inmediato el nombre de Sebastián Báez, el creador del Slam de Poesía Oral que tiene la capital y un incansable y aguerrido gestor cultural. Las disciplinas artísticas tienen lógicas muy diferentes entre sí y si bien todo está permitido a la hora de crear, la poesía es una de las ramificaciones más delicadas y a la vez, de las más complicadas de asimilar.
Parece mentira, porque podemos encontrar gestos poéticos en muchos lugares de nuestro cotidiano. Hay quienes dicen incluso que los publicistas son poetas frustrados, pero quienes han investigado a fondo saben que sus mecanismos son profundos y complejos. Si bien la letra de una canción puede gustarnos, se trata de algo que funciona porque la música está presente. Rara vez la poesía protagoniza un evento artístico: muchas veces acompaña una performance, otras veces completa desde el lenguaje la contemplación de una muestra de arte plástico, pero no son muchas las ocasiones en que se disfruta de su escucha de forma exclusiva. No obstante, si hay algo que caracteriza la trayectoria artística de Sebastián Báez es su plena confianza en el poder transformador de la palabra.
A eso se dedica Sebastián, con eventos y con mucha escritura, a la misión de llevar la poesía a todos los rincones de nuestra cotidianidad. Poesía sin aditivos, sin violines de fondo ni telones rojos de cinco metros de altura. Con sólo su voz y la potencia de su decir, Sebastián construyó un respeto en la comunidad artística local de la que pocos podrían jactarse. Aún así, la humildad es un condimento que él sabe utilizar muy bien y a pesar de ser un escritor prolífico, por primera vez se ha lanzado al universo de la publicación. Libro de Quejas será su primera obra en solitario, sin colaboraciones y con todo el protagonismo que merece.
El hilo conductor es su propia infancia teñida con diferentes matices que van desde la tragedia hasta la profunda imaginación y garra que lo caracterizan. Sebastián perdió a su madre, quien fue víctima de un femicidio en el año 1999. Siendo apenas un niño, su padre lo llevó a vivir con él en los cuarteles de las fuerzas armadas donde su sensibilidad chocaba constantemente con la rusticidad de su padre y su estilo militar. Sobre esas escenas avanza su libro, recapitulando episodios de su vida con una óptica actual, llena de recursos estilísticos que tienen que ver con su gran capacidad de oratoria, trasladadas al texto escrito.
Cabe resaltar que la poesía llegó a Sebastián en la adultez, cuando volvió a Posadas luego de haber estudiado Filosofía en la Universidad de Río Cuarto, Córdoba. En su adolescencia, era muy lector y gustaba más de los ensayos y el periodismo de investigación. Las revistas lo apasionaban y llegó a formar parte de una, jugando a editar y producir contenido incluso para la ya muy conocida THC. Si bien no culminó sus estudios, fue una época en la que según cuenta, aprendió a vincularse y tender redes: “yo era un chico muy retraído, muy solitario, pero vivir lejos me hizo adaptarme y aprender a trabajar con otros”. Con esa experiencia adquirida, Posadas se volvió un escenario ideal donde todo estaba por hacerse.
En ese entonces, corría el año 2013 y Lucía Pérez Campos lo invitó a la presentación de su libro 24 Perros, segunda publicación de la autora, lo que le sirvió como un primer acercamiento. Pero fue cuando conoció al poeta Ioshua con todo su universo villero y disidente que se animó. Él insistió en que se animara a recitar algo mientras lo acompañaba con música electrónica y desde entonces dedicó todo su tiempo disponible a descubrirse a través de este género literario. “Paso muchas horas pensando en la poesía” confiesa con una risa orgullosa del recorrido realizado. Esas reflexiones lo llevaron a impulsar el Slam de Poesía Oral de Posadas, un fenómeno que había llegado con todo a Buenos Aires y otros puntos del país pero que todavía no había visitado estos pagos.
Además de su nuevo Libro de Quejas, Sebastián Báez también fue invitado a representar a la región en el Encuentro Nacional de Poesía y Crítica que se realizará en el Centro Cultural Haroldo Conti (Ex Escuela de Mecánica de la Armada) en Buenos Aires entre el 18 y el 20 de noviembre. Su participación incluye una exposición sobre los alcances de la poesía oral: “es una herramienta para encontrar la voz propia” explica. Para él, en cierta forma, es una forma de empoderarse y “decir cosas que de otra forma quizá no te animarías a expresar”.