El esperado regreso de Yerba Canchada

Una banda con esencia comunitaria que tiene más de 10 años, un montón de músicos en escena y composiciones propias. Ahora, tras un tiempo de descanso, vuelven con todo su repertorio y las ganas de festejar el reencuentro con el público.

Yerba Canchada es un caso muy curioso de la Tierra sin Mal, una banda con aires litoraleños que fusiona todo tipo de ritmos rioplatenses y latinoamericanos para servirse de una mística propia. Este universo empezó de la mano de dos amigos que se conocen desde pequeños, Matías Juañuk y Matías Dutra.

Uno cantante y guitarrista, el otro un apasionado de la percusión, empezaron improvisando algunas canciones en los asados familiares y un buen día, todo fue escalando: primero, se sumó un percusionista más, luego Micho Acuña con el bajo y hasta Valeria, la acordeonista que en ese momento estaba en pareja con Juañuk y también su hermano Maxi.

Sobre el estilo de la banda, Matías Dutra nos contó que la influencia de la Murga de la Estación ha sido fundamental para él. Fue allí donde conoció ritmos como el candombe o la marcha camión, que junto con la experiencia de la estudiantina, lo hicieron acercarse a la percusión. Más allá del estilo de su amigo, Matías Juañuk, tanto él como Micho Acuña y Chori Ovando comparten el espacio de teatro comunitario.

Para Dutra, esto tiene mucho que ver con algo que identifica a la banda: la creación colectiva. Muchas de sus canciones empiezan en esa instancia, en las zapadas que se arman en los ensayos sobre los cuales Juañuk se encarga de ordenar después en las composiciones. Esto los llevó a tener sin darse cuenta, la cantidad suficiente para armar su primer disco.

Juira los argeles fue el título del álbum, que según Matías fue una experiencia inolvidable. Si bien, él desconoce la parte técnica de la masterización y la mezcla, rescató el hecho de haber acondicionado una casa entera para hacer la grabación. Unos meses después de registrar los primeros instrumentos, llegó el momento de los coros y así se fue armando hasta su corte final.

Uno de sus temas, Barriletes, parte de la idea de musicalizar un poema y homenajear en un gualambao al gran Ramón Ayala y su legado cultural. Hoy en día ya tiene varias versiones y hasta es utilizada en números de danza, así como otros temas que forman parte del imaginario posadeño. Matías se mostró muy entusiasmado por volver al encuentro con el público, aseguró sentir “cosas en la panza” mientras dimensiona lo que serán las fechas de Posadas y Oberá, en los espacios de la Murga de la Estación y la Murga del Monte.

“Somos de las pocas bandas que tocan bailando” cuenta entre risas, y recuerda que hasta tuvieron algún que otro accidente en el escenario a raíz de esta forma de vivirlo. Para él, nada es más importante que la comunión que surge de cada recital y los abrazos que el público se regala, embelesados por la ternura. La fecha en Posadas será el 16 de diciembre y el sábado 23 llegarán a Oberá, que siempre los recibe muy bien. Todavía quedan algunas anticipadas disponibles, que podés conseguir a través de las redes sociales de Yerba Canchada.