Con tantas luces, la costanera de Posadas es capaz de tapar el brillo de otros lugares muy especiales de la ciudad. Pero para los que no se quedan sólo con la vista al río Paraná y quieren algo de estilo urbano para pasar el rato, hay un punto que reúne todos los condimentos para pasarla bien: buena birra, comida muy piola, música al nivel perfecto para charlar y juegos de mesa para divertirse. Lo mejor es que está muy cerca de todo, por calle Colón al 1422 entre Belgrano y Santa Fe. DankBar, a pesar de estar hace poco tiempo, ya se ha vuelto una fija para muchos.
La cosa levantó vuelo muy rápido y lo que más sorprende es que la planificación no data de hace mucho tiempo atrás. Emanuel Mielniczuk, uno de los dueños, conoce a su socio Federico Zapata desde los 5 años, se hicieron amigos en el barrio y son compañeros desde entonces. Ambos conocieron a Natalia y Valeria Godoy con quienes formaron pareja y hoy se dan el lujo de administrar y mantener la calidad del pub, priorizando siempre la atención y teniendo en cuenta todo lo que ellos quisieran “disfrutar cuando van a un bar”.
Según cuenta Emanuel, el año pasado su compa, Nati, tuvo un sueño en el que tenían un bar con luces de neón y fue entonces que dijeron “y bueno, tengamos un bar”.
Así, sin más, pero lo que vino no fue para nada improvisado. Natalia tuvo la posibilidad de vivir dos años en Barcelona, gracias a una maestría en la carrera de psicología. En su recorrido por Europa fue anotando mentalmente todas las cosas que le gustaban de los bares que visitaba: los juegos, la calidad de las tapas, la comodidad de los asientos y cada detalle de la deco. Emanuel, por su parte, también menciona que tienen referentes locales, de hecho destaca a Flynn en sus inicios, como uno de los mejores bares cerveceros a los que fue. La clave, entre los muchos detalles, era salir del circuito de la costanera y reavivar la escena del centro, como bien lo viene haciendo Salvaje.
Ni hablar que la cocina es un tema central para Ema, para él es muy importante poder picar algo mientras se bebe y que la combinación no signifique “que te arranquen un ojo de la cara” al momento de pagar.
Al menú lo diseñaron con esa esencia y ofrece varias combinaciones para probar, también hay tragos muy piolas y todo lo hace un equipo de jóvenes que egresaron juntos de la carrera gastronómica del IGA. Así es que entre diez personas sostienen un lugar que en días sábados suele llenarse sin mayores dificultades, por lo que mantener la calidad lo es todo. Según Nati, la insistencia dentro del equipo es para mantener en lo más alto el nivel de atención al público.
“Nosotros queremos cachengue” dice Emanuel, que uno pueda sentarse a charlar pero sin dejar de bailar sentado la música que suena en el ambiente. En ese confort están las pequeñas decisiones que han ido tomando, desde que los bancos no sean rígidos hasta los diferentes ambientes dentro de la gran casona que alberga el boliche.
“Queremos que venir al bar sea una experiencia”, enfatiza, por eso no paran de incorporar juegos como el tejo de mesa, cartas, jenga y mucho más. Incluso también cuentan con la habilitación para que haya música en vivo y suelen tener djs los fines de semana. En ese aspecto, buscan un “equilibrio” entre los clientes que quieren disfrutar de esa propuesta y los que prefieren disfrutar de las otras cosas que ofrece el bar.
“Nosotros siempre defendemos el lema de que el bar es para todos” dice Nati con orgullo, y para ella no hay nada más importante que la devolución de los que ya se han hecho parte de la movida. Son para ella quienes los van orientando y su intención es que haya la variedad de cervezas que la diversidad del mismo público requiera.
Un lugar donde la comida, la birra y toda la magia suceden “sin etiquetas, colores ni banderas”. Sin importar quien seas ni a lo que te dediques, DankBar te garantiza una experiencia de salida premiun con un servicio para reyes. Habrá que hacer correr la voz para que cada vez seamos más los que podamos comprobarlo.
