“El pensamiento crece, crece y se hace cargo de toda nuestra cabeza y nuestro corazón. Vive en nuestros ojos y en todo lo que forma parte de nuestra vida”, el fragmento de “Mi planta de naranja lima”, la novela publicada en 1968 por José Mauro de Vasconcelos refleja a la perfección un rasgo de la personalidad de Alicia Penayo, esta joven que con tan solo 28 años ya da que hablar en el mundo de la Economía del Conocimiento de la Tierra sin Mal.
La cita literaria no es al azar, se trata de uno de los tantos libros que leyó cuando era chica y que la marcaron. Es Licenciada en Administración de Empresas y cuenta con un Máster en Business Inteligence. Actualmente se desempeña como Vicepresidenta del Silicon Misiones y es coordinadora general del Polo TIC.
Apasionada por conocer muchas cosas, su llegada al amplio mundo de la Economía del Conocimiento no fue casualidad, sino producto de una preparación y una búsqueda. “Por suerte después de recibirme entré al mundo laboral y trabajé en dos empresas muy importantes, una era una startup que ahora es un unicornio y la otra una multinacional, siempre relacionado a la tecnología”, cuenta a TSM haciendo un flashback de cómo llegó al lugar donde está hoy.
Quienes la conocen destacan su sencillez, humildad y predisposición, palabras que son suficientes para describir los rasgos de las personas. Aficionada al deporte, practicó natación durante muchos años cuando era más chica, disciplina a la que advierte que le dedicaba mucho tiempo “con alto rendimiento”, se enorgullece. Hoy su faceta deportiva pasa más por otro lado, un tanto alejada de las piletas de competición, opta por el gimnasio para descargar las tensiones diarias y también mantenerse en forma.
El arte es otro aspecto importante de la vida de esta joven misionera. Contó que cuando era más chica pintaba con acrílicos, pero que el camino la fue llevando hacia otro lado. Aunque viviendo en Buenos Aires cuando estudiaba nunca dejó de ir a recorrer museos, muestras de arte y obras de teatro, entre otras cosas.
Ya ingresando en el plano profesional y de funciones, Alicia aseguró que es un honor estar donde está actualmente, “es gratificante saber que confían en mí para desempeñarme en un cargo así, con toda la responsabilidad que eso conlleva. Antes mi principal miedo era no cumplir con las expectativas, pero quienes confiaron en mí siempre me apoyaron”.
Relató que su función es brindar desde el Silicon Misiones herramientas a los más jóvenes herramientas ante los constantes cambios del mundo, “la actualidad del trabajo está cambiando, y vemos que los jóvenes necesitan herramientas para desempeñarse en ese entorno constantemente cambiante y desafiante” y advierte en este punto que la tecnología y principalmente aquella aplicada al conocimiento es “una de las mayores herramientas de la actualidad”.
Por otra parte, Alicia es un eslabón fundamental en la cadena de Misiones Gamer, este espacio que apunta a profesionalizar el mundo de los videojuegos en la Tierra sin Mal. “Es una industria muy grande, que crece exponencialmente, y que es un sector de la economía que tiene un gran potencial” afirma. Además se enorgullece al hablar de Urutaú, la primera selección que representará a la provincia a nivel nacional en los E-Sports.
El mundo de la Economía del Conocimiento es muy amplio, especialmente en Misiones, donde en pocos años han surgido diferentes instituciones que potenciaron las distintas ramas de este mundo, entre ellos la Escuela Secundaria de Innovación, la Escuela de Robótica, el Silicon Misiones y el Polo TIC, el cual data de 2018.
Sobre este espacio puntual, la joven funcionaria destacó su crecimiento y el aporte que tuvo a la sociedad misionera, “sobre todo en pandemia fue cuando tuvimos un mayor alcance. Fue un desafío enorme en ese momento, porque por suerte fue muy exitoso. Llegamos a muchos puntos de la provincia de manera virtual, entonces se empezó a trabajar de otra manera, y por suerte escalamos mucho y ya empezamos a tener los resultados de esos primeros programadores”.
Como buena estudiante y persona curiosa, Alicia busca ir más allá. “Siempre trabajé y me daba cuenta que cuando trabajaba en un lugar, se daba un punto en que aprendía todo, las tareas que hacía, y me aburría. Entonces, siempre fui muy curiosa, siempre me gustaron los desafíos, siempre me gustó hacer cosas, hacer lo que hago lo mejor que puedo, y soy consciente de los cambios que aportamos en el mundo, es por eso que soy muy feliz haciendo lo que hago” afirma con total honestidad.
“Veo que en Misiones hay un potencial enorme, los jóvenes tienen muchas ganas de desarrollarse. Me siento muy afortunada de estar trabajando en un lugar donde estoy enfrentada constantemente a nuevos desafíos, pero a su vez puedo ver cómo se refleja eso, el impacto que tiene en la vida de los misioneros” advierte con orgullo al ver el corto, pero fructífero camino recorrido.
