La dupla dinámica conformada por Darío Vega y Leandro Yahni presentaron en sociedad las canciones de su segundo disco titulado «Jugo». Como lo hicieron con su antecesor «Cúmulo», el evento estuvo acompañado por colegas que participaron con intervenciones artísticas durante todo el concierto.
Esta vez el escenario elegido fue el salón mayor de la Peña Itapúa, un lugar icónico y fundamental de la ciudad y que en los últimos tiempos se volvió recurrente para la realización de eventos de producciones locales. Entendiendo la dimensión del lugar, los Jugo de tigre decidieron ceder el escenario, para que sobre las tarimas repose la pantalla de led, que reproducía el concepto visual que tanto le preocupa al dúo y para que desfile la interminable lista de músicos-amigos que se hicieron presentes. Mientras que los protagonistas de la noche, se acomodaron debajo del escenario en tarimas enfrentadas. Como siempre, vestidos mayormente de negro, pero esta vez, ambos llevaban puesta una camisa blanca intervenida por la artista Ofelia Cendra, bajo el concepto que presentó en su última muestra «Manifiesto Off the Art».
Frente a ellos se encontraban unas cien sillas para el público que llegó temprano; que mientras se acomodaban tuvieron la posibilidad de escuchar parte del set inicial de la dj Sabrina Pedroso, quien fue la encargada una vez terminado el concierto de hacer bailar a los que se quedaron a disfrutar hasta el fin de la jornada. Casi como un ritual y por el público que acompaña a la banda, la cantina aparte de proveer de refrescos para aplacar el calor, en esta oportunidad se le sumó una propuesta gastronómica con un menú variado que contenía un menú al que se incluían opciones sin tacc y vegetariano.
Más que Jugo, hijos de tigre
Yahni – Vega, esta dupla de amigos, músicos que con la experiencia que le dio toda una vida dedicada sobre los escenarios, un día, se volvieron a encontrar en el Parque del conocimiento. Mientras esperaban por comenzar los ensayos del programa Legado regional, se ponían a jugar con sus instrumentos, esos pequeños juegos con el devenir en el tiempo derivaron a juntadas. que se convirtieron en ensayos y de ahí a lo que ya conocemos.
Esta vigencia sobre la escena musical, se encuentra presente en este proyecto musical que se resiste a ser catalogado. Leandro, por ejemplo, acompañó a Ramón Ayala durante una década en su banda, en cuanto a Darío quien integró por años a Fabián Meza y la Cortada, Los Mitá y claramente la Espiral. Este bagaje de experiencias rítmicas más las influencias de cada uno de sus integrantes hacen que cada presentación en vivo de Jugo de tigre sea una puesta única e irrepetible.
Los Jugo, conocen la escena, sabe moverse y se camuflan con lo «nuevo» o con lo que hoy el mercado musical considera «tendencia». El claro ejemplo se encuentra en este disco, que dejó de ser instrumental y dio paso a las voces, así apareció el primer corte difusión en la voz de María Prima, después apareció la colaboración con Killato The Jason, se suman a la lista las colaboraciones de Hugo Viera y Mauro Bononino.
Esa sinergia y mezcolanza musical – generacional se hizo presente anoche, la presencia de los jóvenes talentos de Killato The Jason y Kreiluz, que con su energía y poder coparon la atención y los aplausos de los presentes. Uno de los momentos de conexión con lo sucedido (la partida física de Ramón Ayala) fue con la llegada al escenario de Sergio Tarnoski.
Otro de los invitados fue el gran Diego Bergara, que primero acompañó a Camila Borke y Clarisa Torres, y luego se sumó a la big bang que se formó con la sección de vientos encabezada por Hugo Viera, Gerardo Moreira y Alejandro Benavidez, todos siguiendo el ritmo al mestre Chane Arias, y parte de La Espiral infinita. Cerca del final y con la intención de romper la armonía del espacio, se hizo presente el grupo «Testoy queriendo entender» a cargo de India Pernigotti, quienes realizaron una performance sobre el público.
