Tomás Rebord cerró el ciclo 2025 de Hay Algo Ahí ante más de 15 000 personas en el Movistar Arena: una noche que combinó espectáculo, política y humor frente a una audiencia eufórica. La velada se transmitió en simultáneo por el canal de Blender y reunió a invitados sorpresa que potenciaron el clima festivo, marcando un hito para el conductor.
Desde el anuncio del evento, Rebord recorrió numerosos programas con el objetivo de colmar el estadio —tal como lo hicieron figuras como Andrés Calamaro o el propio presidente — finalmente alcanzó esa meta con un show de más de dos horas, con una producción ambiciosa y una puesta marcada por la identidad de su programa.
Al inicio, apareció solo en el escenario y realizó una de sus clásicas “Edibordiales”, donde agradeció el acompañamiento de su comunidad. Esa apertura dio paso a una puesta especial inspirada en Batman — bautizada “Batbord” — en la que el periodista Manu Jove interpretó al villano Dos Caras, mientras su co-conductor Juan Ruffo encarnó al Comisionado Gordon, evocando la icónica versión de Gary Oldman en la trilogía cinematográfica.
La noche siguió con momentos inesperados y muy celebrados: el músico Dillom — uno de los referentes de la escena urbana actual — apareció disfrazado como The Riddler, interpretó una versión personal del tema original del programa y luego ofreció una intensa interpretación de “Buenos Tiempos”, tema de su álbum Por Cesárea. Su presentación generó una de las reacciones más fuertes del público.
También subió al escenario Pedro Rosemblat, quien cosechó grandes aplausos al promocionar el futuro Festival de Jingles que se realizará en el estadio de Argentinos Juniors. Su participación reforzó la impronta política y de humor que caracteriza a Blender.
Otro punto destacado fue la actuación de Guillermo Aquino, quien ofreció una versión criolla del Joker — combinando humor, teatralidad y guiños al estilo del ciclo — que desató ovaciones entre los seguidores.
El espectáculo repasó los momentos más emblemáticos del programa e invitó al escenario a panelistas y figuras recurrentes. Con este cierre, Rebord coronó un gran momento: demostró su vínculo con el público y evidenció el crecimiento de una propuesta que ya trascendió el formato digital para convertirse en un fenómeno cultural.


