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El secreto del éxito de Max Jara: la historia que nadie te contó del peluquero de los famosos

Entre recuerdos de infancia, creatividad casera y una voluntad inquebrantable, reveló el lado más humano y oculto de su ascenso. El misionero que conquistó Buenos Aires confiesa cuál fue el verdadero motor detrás de su éxito…mirá la nota.

Hay historias que se cuentan solas, pero hay otras, que se sienten. El peluquero de los famosos, el misionero que convirtió su talento en marca registrada, abrió su corazón y dejó ver el secreto detrás de una carrera que hoy deslumbra en las alfombras rojas… pero que empezó muy lejos de los flashes.

“No tuve esas chances en mi adolescencia”, admite con nostalgia Max Jara en una entrevista con Infobae. Quizás por eso se emociona cuando habla de volver a Misiones, de presentar sus proyectos allá, de abrir puertas donde antes no había ninguna. Su historia no es sólo suya: es una invitación a que otros sueñen.

Y aunque hoy lo veamos rodeado de celebridades, su origen es tan simple como hermoso. Ondulaciones hechas con un lápiz de madera y una plancha de ropa, rulos improvisados para los actos escolares, las primeras “modelos” familiares que confiaban sin saber que estaban frente a un artista en formación. Ahí, entre trapitos y creatividad pura, nació su sello.

“Nunca hay que decirle que no a las oportunidades”, dispara de entrada. Y en esa frase parece resumirse su vida entera. Porque Max no solo tomó cada puerta entreabierta: la empujó, la pateó, la transformó. Desde el primer día en que descubrió que su pasión estaba en el cabello (y en el deseo profundo de que su familia pudiera vivir un poco mejor), supo que ahí empezaba su camino.

Llegar a Buenos Aires, cuenta, fue un acto de necesidad y de valentía. Una ciudad dura, que “había que patear”, como él dice, pero que también lo forjó. Lo vio crecer, equivocarse, crear, reinventarse. Y así, dos décadas después, Max mira hacia atrás y entiende algo poderoso: las oportunidades que faltaban en el interior hoy las llevan los mismos que tuvieron que emigrar para formarse.

“Todo lo que uno anhela, se cumple”, dice con una convicción que conmueve. Porque detrás del estilista que deslumbra, hay un chico que soñó y la de Max, es una que inspira, emociona y recuerda que los sueños, cuando se trabajan, también brillan.